Lo que no nos dicen del Amor.

Capítulo 8

Levi.

Nunca había sentido tantas ansias en mi vida, ni siquiera cuando fue mi primera vez hablando con los reporteros.

Llevaba mas de una hora tratando de decidir a que lugar llevarla. Ninguno me parecía lo suficientemente bueno.

Suspire, dejando mi portátil sobre la mesa de centro. Al instante escuche como tocaban la puerta de mi oficina.

. - Pase - ordene, observando como Historia entraba.

 . - Disculpe, pero su jefe de seguridad me ha dejado este sobre - me tendió un sobre amarillo. - Dijo que aquí esta todo lo que pidió.

. - Esta bien Historia, puedes retirarte - ella asintió para posteriormente salir de la habitación.

Mire el sobre entre mis manos y ni siquiera dude en abrirlo.

Le había encargado a el jefe de seguridad que se encargara de investigar todo lo relacionado con Agust Craig, el padre de Violet.

Le había hecho una promesa y ahora la cumpliría, lo mantendría alejado de ella.

Este sobre contenía toda la información de sus últimos quince años, a donde iba, que lugares frecuentaba y con que tipo de personas convivía.

Se hablaba claramente sobre su adicción a las drogas y al alcohol y la manera en la que conseguía el dinero para obtenerlos. 

Este tipo me daba asco.

No podía entender como alguien cambiaría todas esas porquerías por el amor de su dulce e inocente hija.

Todo esto me hacia enojar. No tenia que seguir mirando el expediente para saber donde terminaría esto si el seguía involucrándola a ella.

Tomo mi celular y marque el numero de mi subordinado, quien al instante respondió.

. - ¿Si, jefe?  - preguntó, esperando mis ordenes.

. - Has hecho un buen trabajo, pero aun te falta algo por hacer - explique. - Vas a ir a su casa y te aseguraras de que se maldito no guarde ninguna foto de Violet o algo que la relacione con él.

«Te transferiré el dinero por tu trabajo extra, pero también deberás darle una cantidad para sobornarlo, cáusale miedo, sabes como hacerlo. »

. - Entiendo - respondió decidido. - ¿De cuanto dinero estamos hablando?

. - Diez mil dólares.

. - ¿Te gusta mi vestido? - preguntó Mikasa.

. - Si, te ves muy bien de rojo - asentí, mirando como su rostro se iluminaba. - ¿Dónde lo compraste?

Puede sentir su nerviosismo, así que trate no verla con un semblante pesado.

. - Es . .  es un regalo.

¿Mi hermana acaba de tartamudear?

. - Un regalo ¿de? - pregunté insistente y ella solo se encogió de hombros. - De un chico, ya lo pillo.

. - No te pongas en modo hermano sobre protector - se sentó a mi lado.

. - ¿Estas saliendo con alguien?  - pregunte indignado.

. - ¿No estamos saliendo?

. - ¿No están saliendo? - pregunté sorprendido.

. - ¡Que apenas y si nos estamos conociendo mejor! - anunció, viéndose terriblemente tierna y desesperada. - Déjame explicarte.

. - Te escucho - me gire hacia ella, para verla mejor.

 . - Bien - suspiró. - Es un amigo de la universidad.