ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 6

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- ¿Y cómo estás?

- No sé

- Vamos, algo tenés que estar sintiendo

- ¿Puedo tener dos sentimientos opuestos a la vez?

- Claro, supongo que si

- Bueno, estoy feliz y triste

- Jin, la verdad es que no se qué decirte porque no te puedo justificar, pero tampoco te puedo retar, así que te voy a imitar: no sé. Pero si se algo, sos tremenda mujer, priorizá tu felicidad, intentá hacer un balance sobre las cosas positivas y las negativas de seguir con la relación, eso te puede servir

- Tenés razón, Yuji. Muchas gracias, te quiero

Jin cortó la llamada y elevó su cabeza. Sentada en el sillón del impecable balcón del hotel, observó el cielo. Despejado, ni una sola nube, un sol brillante y una temperatura ideal de 20 grados. El clima no le ayudaba a tomar una decisión, ya que era perfecto.

La programadora se despertó antes que su novio o ex, sigue intentando definirlo. Lo observó por unos segundos, la paz que recibió la llenó por completo, no podía estar más relajada. Pero no todo es color de rosa, casi al instante, en su mente aparecieron las imágenes del día anterior, aquellas donde Bokuto estaba con esa animadora. Y ya no pudo verlo como hacía unos segundos.

Se levantó, hizo su corta rutina de la mañana: cepillarse los dientes, cambiarse, peinarse como para no ser un desastre y ualá. Ella es una chica sencilla y ese es un adjetivo que Kotaro considera virtud, le encanta, porque él es una persona que se centra en la personalidad, no en las apariencias.

Abrió despacio las cortinas para no encandilar a su novio/ex y despertarlo, pudiendo así tomar aire fresco en el balcón. La castaña intentaba aclarar sus ideas teniendo una laguna en la cabeza. Entonces acudió a la persona que siempre la escuchó, su mejor amiga. Yuji la atendió insultándola en cuatro idiomas, ya que la había despertado. Al contrario de ofenderse, Jin soltó una pequeña risita y procedió a contarle lo vivido la noche anterior.

Al terminar, miró la pantalla para chequear si no se había cortado la llamada debido a que su amiga no había emitido palabra alguna. Luego de unos minutos meditando, le contestó "¿y cómo estás?".

****

"Un balance, Jin, es un simple balance. Sos programadora, ¿cómo no podés hacer un balance de mierda?", se dice a ella misma mientras deja que el sol pegue en su cara tras finalizar la llamada. Una lágrima, una sola se deslizó por su mejilla mientras pensaba. Se sentía fuera de sí, ¿una lágrima? No siente ganas de llorar, pero tampoco puede sonreír. Se encuentra en total incertidumbre y eso le genera dolor de cabeza.

- Buenos días – Saludó la perfección en persona

- Hola, Bo

Jin colocó una mano sobre su frente para tapar el sol y poder observarlo, gracias al cielo que lo hizo. No es que hubiera olvidado lo atractivo que es Kotaro, pero definitivamente cada año se pone mejor, y convengamos que tenerlo alejado no ayudaba mucho. El voleibolista la saludó apoyando un brazo en el contorno de la ventana, contenido su cabeza con la mano, mientras que la otra mano la tenía en su cintura. Ah, un detalle importante, tiene puesto un joggin que no deja a la imaginación su bóxer y claro, no tenía remera puesta.

- ¿Puedo? – Preguntó tímidamente acercándose al otro sillón disponible en el balcón

El chico medía sus palabras son suma precisión, lo cual le preocupaba porque no se caracteriza por ser una persona que piensa antes de hablar. Sin embargo, está seguro de que es lo que tiene que hacer. Al despertarse, un hueco se generó en su corazón al ver vacío su costado, esperaba encontrar a su novia dormida y poder besarla hasta hartarse nuevamente. A la vez, sintió que hacía años que no dormía así, y él sabe que se trata de literalmente 5 años. No encontrarse con Jin a su lado lo hizo caer en la realidad, ella se lo había advertido la noche anterior, estaba muy enojada, pero claramente quería seguir con él. Bokuto analizó la situación rápidamente y llegó a la conclusión de que no todo está perdido, si no que tiene que encontrar la forma de reparar su error y listo, ya que Jin definitivamente lo ama como siempre lo hizo.

- Claro – Respondió la castaña intentando alejar los pensamientos obscenos de su mente

- ¿Cómo dormiste? – Preguntó Kotaro nuevamente, con más miedo que seguridad

- Bien, la verdad que bien. ¿Tú? – Devolvió ella

- Perfecto. Mejor que nunca – El tono del chico era sincero, ninguna palabra contenía una broma oculta o algo similar, como solía hacer. Tampoco lo había planeado, fueron palabras que salieron directamente de su corazón. Jin percibió esto y solo sumó más confusión a su decisión

- Voy a serte honesta, Bo – Hablo la chica simulando una seguridad que no tenía. Ambos corazones se encogieron – No sé qué hacer

Bokuto no sabía que responder, quería decirle que la amaba y que haría cualquier cosa para que se quedara con él, pero la conocía y agobiarla definitivamente no era una opción. Él tiene una idea de por donde iría una persona adulta madura en esta situación: decirle que se tome un tiempo y lo piense. Pero no, no había forma de que ese planteo salga de su boca. La idea de que Jin pudiera conocer a alguien más y enamorarse lo destroza, es la primera vez que se lo imagina y no quiere volver a hacerlo nunca más.

El silencio ya no era incómodo, era vacío. La pareja/ex pareja se encuentra pensando una solución, la única diferencia es que él busca una solución para llegar a un punto: volver a ser los de antes, mientras que ella no sabe si se puede volver a lo de antes.

- Jin – Habló Bokuto en un hilo de voz. Ella lo miró, tenía los ojos llorosos pero aún no derramaba lágrimas. Le iba a decir que la amaba, pero al ver esos ojos no pudo evitar llevarse las manos a su rostro y presionarlas. No resistió más y algunas lágrimas se escaparon – Perdón, enserio. Yo no puedo perdonarme a mi mismo por hacerte daño, sos lo más valioso que existe en la vida, pero espero que vos puedas hacerlo

- Bo

Jin quiso hablar pero la angustia no se lo permitió. Las palabras no salían de su boca, al contrario del llanto que se liberaba fácilmente. El marco era similar al de la noche anterior, ella lo notó así que prefirió poner un freno de una vez por todas.

- Bo – Repitió ante la mirada expectante del chico – Creo que necesito espacio para tomar una decisión

La inseguridad en la oración expresada por Jin fue percibida por Bokuto, no estaba convencida de lo que decía. Aún así, su corazón dio un vuelco para palpitar al 100% y sintió que le bajaba la presión.

- No es un tiempo, es un poco de espacio – Trató de aclarar la castaña que ya se estaba sintiendo culpable al ver la palidez que había invadido a Kotaro – No sé que quiero hacer ahora ni cómo hacerlo. Y esta maldita indecisión es porque te amo demasiado – Se dijo más para ella misma que para él

Bokuto hizo caso omiso a la frustración que expresó su novia, esa confesión es la que sigue manteniendo su relación con vida. Entendió que ella lo ama, aún tiene lo más importante, su corazón. Entonces va a tratar de, por primera vez, hacerle caso a una persona. Akaashi, frío calculador, predijo que esta charla se iba a dar así, aunque le advirtió que Jin le pediría un tiempo, cosa que no hizo así que se sintió más triunfador que nunca. Su amigo le aconsejó hacerle caso a ella, independientemente cual sea el pedido había que acatarlo para ganarse una oportunidad.

- Bien, cualquier cosa con tal de recuperarte Jin – Respondió reflexivo - ¿Cuándo te puedo volver a ver? – Se auto regañó al ser vencido por la ansiedad. Jin contuvo una risita, por un momento le creyó el personaje de serio

- No lo sé, Bo. No tengo ningún plan, si te parece vamos hablando

- Bien – Él no estaba nada convencido con la idea de retirarse, quería quedarse junto a ella y no soltarla más, pero se dispuso a ser determinante. Se levantó con mucha pesadez y luego de colocarse una remera y recoger sus cosas, se acercó a la puerta. Antes de irse volvió a mirarla, ella no había dejado de observarlo en ningún momento. La miró a los ojos y se despidió – Te amo más que a nada en la vida, Jin

Con toda la voluntad del mundo, el jugador salió del hotel y se dirigió a su casa. Automáticamente tomó su celular y marcó un número. Era hora de llamar a los expertos.  

𝑬𝒍𝒍𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒐́ | 𝖡𝗈𝗄𝗎𝗍𝗈 𝖪𝗈𝗍𝖺𝗋𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora