ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 13

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Los Miya se retiraron luego de saludar a la pareja. El tenso apretón de manos entre Osamu y Kotaro dejó en evidencia lo que fue su "simpático saludo". Por otro lado, Jin miraba a uno con fuego en los ojos y a otro con la muchísima culpa. Una vez que los hermanos se alejaron, Bokuto se levantó y empezó a juntar todo, dando por entendido que la velada que hasta hacía unos minutos había sido perfecta, terminaba abruptamente.

Jin solo siguió los pasos de su chico, sabía que decir una palabra en este momento era abrir la puerta a una catarata de palabras que el corazón de Bokuto pedía gritar. Sin embargo, una vez en el auto, ya fuera de la mirada pública, no aguantó más y necesitó oír algo de él.

- Bo – Exclamó apenas audible, pero lo suficiente para que su acompañante lo escuche

- ¿Qué pasó entre ustedes? – Bokuto preguntó con los brazos apoyados sobre el volante, descansando su cabeza en ellos y mirando hacia el frente. Espero unos segundos y no obtuvo respuesta, Jin miraba hacia abajo, se enfocó en los cordones de sus zapatillas - ¿Follaron?

- ¡No, no, no! – Ella levantó rápidamente la cabeza y cometió el error de mirarlo a los ojos, de conectar con aquella mirada dorada, cuyo resplandor estaba siendo remplazado por unas tímidas lágrimas que amenazaban con salir

- Algo pasó, Jin, no soy idiota – Por dentro había bajado mil revoluciones gracias a la respuesta de la chica, pero estaba convencido de que algo le ocultaba

- Nos besamos

- ¿Cuándo?

- El domingo, fui a Molly's, una discoteca. Estuvimos hablando y se ofreció a llevarme a mi departamento, pero como llovía mucho me ofreció su casa, a lo que acepté. A la mañana siguiente me robó un beso y después me fui

- ¿Él te gusta? – La pregunta sorprendió a Jin, quien de repente sintió que esos ojos dorados alcanzaban a percibir hasta lo más profundo de su ser - ¿Te gusta o no, Jin? – El rematador empezaba a impacientarse y ella volvió a resguardarse en el silencio - ¿Qué somos, Jin? ¿Nos distanciamos o nos estamos tomando un tiempo? Yo no sabía que podíamos estar con otras personas – Silencio nuevamente – Bien, entonces supongo que esto equilibra la balanza, ya nos lastimamos los dos, ¿podemos seguir adelante?

- ¿Perdón? Esto ni se acerca a lo que tu has hecho – La actitud de la chica cambió enseguida, seguía sintiéndose mal, pero no consideraba que las situaciones fueran parecidas en lo más mínimo. Bokuto la miró incrédulo - ¡Te la cogiste, Bokuto! No es comparable

- Me estás jodiendo, Jin. Entonces, ¿qué? ¿Querés follarte a ese imbécil y después me vas a perdonar? – El rematador había dado en el clavo y ella no lo pudo disimular, instantáneamente bajó nuevamente la cabeza como si la mirada que él posaba en ella estuviera adivinando todos sus sentimientos. Bokuto no pasó para nada desapercibido este gesto – Bien, ve, cógetelo, haz lo que quieras. Se que me equivoqué y no la estoy pasando para nada bien, lo único que quiero es estar contigo y recuperar los años perdidos. Pero, aunque me duele en el corazón, si tu no lo quieres ya no hay más nada que pueda hacer

- No, Bo, no es así

- ¿Entonces como es? Te conozco Jin, no me vas a perdonas hasta que me hagas lo mismo que yo te hice. Pero una vez que lo hagas no creo que esto vuelva a ser lo de antes – El sostuvo su mirada sobre ella, quien quedó en silencio nuevamente

Kotaro solo negó con la cabeza y guardó sus lágrimas, prendió el auto y llevó a Jin a su departamento. Al llegar, ella no se bajaba y el estaba empezando a perder la paciencia.

- Ya, bajate Jin, tengo que ir a mi casa y mi paciencia no va a durar mucho más

- No quiero. Me quiero quedar acá, quiero estar contigo

- Basta. Ya quedo claro con todo lo que paso hoy, hasta estoy seguro de que hablaron después del beso – La chica era muy mala mentirosa, por lo que a pesar de intentar evadir la verdad, no logró convencer a su novio de lo contrario

- Bo, ¿no estás terminando conmigo, no? – Preguntó Jin tomándole la mano y obligándole que la vea a la cara. Un silencio, eterno para ambos, se hizo presente

- No, Jin, no puedo aunque creo que es lo que debo hacer – La joven comenzó a lagrimear, ella había terminado de romper su relación por su maldito orgullo – Creo que debemos tomarnos un tiempo, uno de verdad. Ve, has lo que quieras y luego vemos que hacemos

- No, Bo. No. No quiero un tiempo, no quiero terminar, no quiero otra cosa que estar con vos – Ahora Jin había colocado sus manos en la cabeza de Bokuto para atraerlo hacia ella y posar su frente en la de él, mientras las lágrimas ya eran incontrolables

- Jin, por favor, te lo ruego, toma una decisión

- La tomé Bo, enserio, por Dios me muero si te pierdo

- No lo sé, lo has besado Jin... Siento que nunca voy a pagar por lo que te hice, pero no puedo vivir así Jin, no puedo vivir pidiendo perdón si no es lo que tu quieres – El empezó a alejarse pero ella hizo fuerza para que vuelva a la posición anterior

Sin saber que más hacer para convencerlo, Jin lo besó, lo hizo como nunca antes lo había besado. Trató de transmitir en ese beso todo, la angustia, el inmenso miedo que sentía en ese momento, no podía perderlo, no lo toleraría. Bokuto recibió todos esos sentimientos, pero él no se podía sacar de la cabeza al idiota de Osamu echándole en la cara que su chica había dormido con él. Konoha siempre tuvo razón cuando les decía que era un par de orgullosos.

El beso se prolongó y fue tan intenso que Jin pensó que todo había pasado. Sin embargo, Bokuto decidió cortarlo, estaba seguro de que ambos tenían mucho que pensar. Se separó lentamente y ambos se quedaron mirando, ella tenía las mejillas rojizas, el cabello despeinado y los ojos lloros. Era demasiado para él, sabía que si esa chica no se bajaba de su auto en poco tiempo, caería en la tentación, pero nunca terminarían de resolver sus problemas.

- Los dos tenemos mucho que pensar, Jin. Por favor, ve a tu casa. Descansemos y mañana hablamos más tranquilos – Bokuto habló mirando hacia el frente, evitando encontrar los ojos de la chica. Ni él se reconocía en esta posición de maduro y serio

- Bo... - Ella iba a volver a insistir

- Por favor – Kotaro conoce muy bien a su chica, sabía que ella no daría el brazo a torcer fácilmente. Entonces la miró a los ojos y mencionó esas dos palabras, las cuales fueron totalmente honestas

- Bien. Pero si no me envias un mensaje mañana, te voy a buscar hasta que hablemos. No te pienso perder otra vez, Bokuto Kotaro

Jin se bajó de la camioneta y dio un fuerte portazo al cerrar la puerta. Estaba furiosa, no podía entender cómo se le había ido tanto de las manos su hermosa y perfecta relación. Por otro lado, en su auto Bokuto se quedó quieto, necesitaba calmarse, tenía el corazón acelerado y sentía que cualquier movimiento terminaría en un golpe a lo primero que se le cruce.

Mientras Jin intentaba bajar revoluciones en la ducha que se estaba dando, Kotaro llegaba a su departamento totalmente tenso. Abrió una botella del mejor whisky que una vez le regaló una de sus hermanas y empezó a beber. Ambos orgullosos tuvieron que dejar pasar las horas para que las intensas emociones vividas disminuyeran. Se fueron a descansar de cara al día siguiente, esperando resolver el futuro de esa relación.

𝑬𝒍𝒍𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒐́ | 𝖡𝗈𝗄𝗎𝗍𝗈 𝖪𝗈𝗍𝖺𝗋𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora