ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 16

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- Oye, ¿estás segura de que quieres que me quede? Yo estoy más que encantado, pero realmente no quiero presionarte ni incomodarte – Preguntó Osamu mientras se acercaba a ella y la miraba a los ojos

Jin realmente lo estaba intentando, de verdad está buscando abrir su mente y corazón para conocer a Osamu y pasar tiempo con él. ¿Qué más da? Bokuto no la había llamado, ni si quiera le había enviado un mensaje el muy maldito. Y por otro lado, tiene un hombre que es otro adonis en persona, que cocina, es atento y asegura estar flechado por ella.

Sin embargo, no puede terminar de relajarse. La culpa la invade, por un lado porque sigue en pareja y por el otro porque tiene miedo de estar engañándose consigo misma con respecto a Osamu, con lo cual le estaría faltando totalmente el respeto a él. Estaba tan inmersa en estos pensamientos que no escuchó cuando el peligris le habló.

- Hey, ¿estás bien? – Osamu se acercó aún más para posar una mano en su hombro y chasquear con la otra frente a sus ojos. Jin se sobresaltó y lo miró a los ojos – Volviste – Sonrió mientras la miraba directamente a sus verdes ojos

Jin se quedó sosteniéndole la mirada, los ojos del chico brillaban, la sonrisa era 100% honesta y sentir su mano en el hombro le transmitía muchísima calma. Definitivamente no sería una mala elección.

- ¿Cómo es que no tienes novia? – Preguntó ella totalmente seria, un poco se lo pregunto para si misma incluso, no podía entender que un hombre tan perfecto esté soltero. Osamu, que no es ningún despistado, posó su otra mano en la mejilla de ella y se rió levemente

- No te voy a decir que no estoy con mujeres, todos tenemos necesidades – dijo y lanzó nuevamente esa malditamente sexy sonrisita – pero no había encontrado a nadie que me haga sentir locuras, que despierte totalmente mi interés – se acercó todavía más, encontrando su frente con la de ella, rosando sus narices, bajando la mano del hombro a la cintura y sosteniendo una mirada extremadamente dulce – hasta que apareciste vos, Jin. No puedo sacarte de mi mente y gracias a vos, un antro como Molly's se volvió mi lugar favorito en el mundo. No puedo dejar de pensar en ti

Jin cerró los ojos esperando que Osamu se acerque y termine con la escena romántica que creó con mucho cuidado. Él la tenía a sus pies, después de ese discurso, del cuidado que tuvo con cada parte de su cuerpo perfectamente posicionada y su belleza, nadie podría resistirse. Sin embargo, el beso no llegaba.

- ¿No me piensas besar? – Preguntó Jin frunciendo el seño a lo que Osamu esta vez se rio fuertemente

- ¿Puedo? – Preguntó ahora intensificando su agarre en la cintura para atraerla hacia él todavía más. Ella lo miró sus labios y luego subió la mirada a sus ojos, para asentir entusiasmada con la cabeza

Entonces sus labios se encontraron para generar un beso sentido, con pasión y que apaciguaba mucha necesidad de ambos jóvenes. Jin envolvió sus brazos alrededor del cuello de él para atraerlo hacia ella, mientras Osamu situó una de sus manos en su mejilla y la otra en el cuello para juntarse todavía más. De la ternura pasaron a la excitación, rápidamente ambos cuerpos subieron sus temperaturas y necesitaban seguir explorándose.

Osamu tomó a Jin de la cintura y la subió a la mesada, quedando ella sentada frente a él. Volvieron a atacar sus bocas, la castaña desesperada por sentirlo le sacó el delantal que tenía puesto y la remera. En un acto de lucidez dentro de tanta pasión que lo estaba nublando, Osamu se alejó un segundo de ella para apagar las hornallas donde estaba preparándole Ramen, (¡menos mal que es gastronómico!).

Volvió a lo que estaban, fue directo a la chica y le pidió que enredara sus piernas en su cintura para elevarla. A los besos se fueron a la habitación de ella, tras meterse al baño por error, llegaron a la cama y empezaron a quitarse la ropa. Osamu se tomó unos segundos para admirar a la mujer que tenía enfrente, una mezcla de excitación y felicidad se adueñaron de él, lo cual Jin notó en su mirada y también la excitó.

El peligris estaba determinado a darle el mejor sexo de su vida a Jin, así que la desnudó lentamente besando cada espacio de su cuerpo, para finalmente dejarla boca arriba en la cama y situarse entre sus piernas. Osamu hacía todo tan bien y tan expertamente que Jin se puso nerviosa cuando él abrió sus piernas y empezó a lamer de una manera que la estaba volviendo loca. Luego de utilizar manos y lengua para hacerla gemir desesperadamente, el peligris logró que la chica alcanzara su orgasmo y se motivara a devolverle el favor de la mejor manera posible.

Ella cambió de posición con él para dejarlo boca a arriba y poder atenderlo con la misma intensidad y expertise que ella recibió. Por las expresiones y los gemidos que el chico iba lanzando, Jin determinó que estaba haciendo un buen trabajo. Osamu nunca dejaba sus manos libres, siempre las tenía en los pechos de ella, sosteniéndole el caballo, acariciando su rostro, pero de ninguna manera dejaba de tocarla. Era su manera de asegurarse de que todo lo que estaba sucediendo era real.

- Estoy muy cerca, Jin me estás volviendo loco – Dijo Osamu tras un suspiro y dejar caer su cabeza en la almohada

La castaña sintió que estaba haciéndolo muy bien y las palabras del chico solo lograron estimularla aún más. Quería hacerlo llegar a un asombroso orgasmo, tal como él lo hizo con ella minutos atrás. Así que aumentó la intensidad y notó como el chico se tensó de sobre manera para alcanzar el climax. Osamu la miró totalmente enamorado, estaba en el paraíso. Jin se acostó a su lado y solo lo miró, esperando a que él decida cuál iba a ser el próximo movimiento.

El peligris había quedado exhausto, pero al verla a ella a la espera, desnuda, despeinada y con las mejillas rojizas, se volvió a encender en cuestión de segundos. Sin decir nada, accionó rápidamente posicionando a Jin en el centro de la cama boca a arriba, ella solo sonrió ansiosa y lo único que logró fue impulsar la calentura de Osamu.

- ¿Tenés preservativos acá? Si no, tengo en mi billetera que está en la cocina

- Segundo cajón – Le dijo ella totalmente entregada al placer, tanto que lo único que tenía en mente era besar todo el cuerpo del peligrís, mientras'él se estiraba hacia el cajón

- No sabes todo el esfuerzo que estoy haciendo para controlarme – Le dijo a ella mientras abria el preservativo y se lo ponía

- No te controles – Le dijo ella sostiéndole la mirada intensa. Osamu, que ya se había puesto el preservativo, no dejó de mirarla a los ojos y la penetró

Una vez que Jin se acostumbró y le dio luz verde para seguir, empezaron las estocadas y los gemidos, mientras cada tanto se besaban. El ambiente no podía ser mejor, ambos estaban disfrutando mucho del encuentro y la pasión que se sembró con mucha fuerza. Hasta que el ambiente no pudo ser peor, cuando el timbre sonó y se escucharon voces conocidas a lo lejos.

𝑬𝒍𝒍𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒐́ | 𝖡𝗈𝗄𝗎𝗍𝗈 𝖪𝗈𝗍𝖺𝗋𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora