Capítulo 16: Unexpected Occurrences

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Harry estaba en medio de un simulacro de entrenamiento cuando una campana profunda resonó en toda la sala. Fue suficiente para interrumpir su concentración y tuvo que esquivar rápidamente para evitar el aturdimiento que le disparó el maniquí de entrenamiento. Hizo una mueca al tropezar, consiguiendo soltar un immóbulo que paralizó al maniquí a mitad de camino antes de caer al suelo.

Con un segundo golpe de varita, el muñeco y su compañero, al que ya había lanzado por la habitación hasta que cayó en el suelo, volvieron a su sitio.

La campana volvió a sonar y Harry cruzó rápidamente el sótano en dirección a la puerta y a la escalera circular que había tras ella y que le llevaría de nuevo a su apartamento. La campana era un encantamiento de su propia invención, uno que estaba diseñado para informarle si tenía una visita, algo que ordinariamente no habría podido saber en una habitación mágicamente sellada.

Después de cerrar la puerta del "armario" tras él, Harry corrió por la habitación hacia el lugar de donde provenían los incesantes golpes.

-¿Tony?- preguntó Harry confundido, al ver al hombre al otro lado cuando abrió la puerta.

-¡Gandalf! ¿Por qué has tardado tanto?- preguntó Tony. -¿Y bien? ¿No vas a invitarme a pasar?-.

-Claro, Tony, pasa-, respondió Harry.

Harry cerró la puerta lentamente, observando al hombre mientras su cabeza se movía de un lado a otro, asimilando todo. Por su vida, Harry no podía entender por qué estaba allí. Evidentemente, no era un asunto de negocios, no con Tony llevando unos simples vaqueros, una camiseta de Black Sabbath y una chaqueta deportiva encima. Y no podía imaginarse a uno de los hombres más poderosos del mundo haciendo una simple visita a domicilio.

-Huh, me imaginaba algo más gótico-, comentó Tony con displicencia.

-¿Qué?- preguntó Harry, confundido por la falta de sentido común.

-Ya sabes. Cosas de la magia. Se supone que estas atrapados en la Edad Media, ¿no? Al menos eso es lo que me han dicho. Edad Oscura, gótico, pensé que las dos cosas irían juntas-, explicó Tony.

-¿Esperabas que mi casa estuviera iluminada con velas y fuera toda oscura y melancólica, con maderas y cuero y calderos burbujeando en un rincón?-. preguntó Harry. -¿Supongo que también se supone que habrá murciélagos, arañas y esas cosas?-.

-Bueno, sí-, respondió Tony, encogiéndose de hombros y arrojando la chaqueta sobre una silla.

Harry negó con la cabeza. -No, Tony. No me gusta mucho el look 'gótico'-.

-¿Eh, de verdad? ¿Quieres decir que lo he entendido mal? Es la primera vez-, comentó.

-En realidad, si estuvieras en el mundo mágico británico, no estarías tan equivocado en muchos lugares-, admitió Harry. -Aunque no verás muchos lugares con calderos desatendidos elaborando pociones y los murciélagos tienden a ser guardados sólo para ser usados como ingredientes de pociones-.

-¡Ja! ¡Tenía razón!- exclamó Tony. -No puedo decir que te culpo por alejarte de todo, sin embargo, Merlín. Sería un asesinato tener que esquivar todas las telas de araña todo el tiempo, especialmente cuando estás medio borracho-.

-Por favor, no me llames Merlín-, pidió Harry. -El tipo lleva siglos muerto y es algo muy importante en el mundo de los magos-.

-¿Merlín era real? Bueno, ahí lo tienes. ¿Quién lo iba a saber?- preguntó Tony retóricamente antes de volver a mirar el apartamento. -Entonces, ¿dónde guardas todo esto?-.

-¿Todo qué, Tony?- preguntó Harry, preguntándose cuándo se iba a sacar el tema de que Tony estaba allí.

-Tus cosas mágicas. Tus calderos y varitas y amuletos y libros de hechizos y todas las demás cosas que necesitaría un mago como tú-, explicó Tony.

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