Capítulo 35: Auxiliary Avengers ... Assemble!

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-¡Maestro! El amo debe despertarse-.

Harry abrió los ojos con desvanecimiento antes de sobresaltarse en la cama, con el corazón acelerado en el pecho.

-¡Kreacher! No hagas eso!- le advirtió Harry al elfo, que seguía de pie junto a su cama, con su antigua y bulbosa nariz a escasos centímetros de donde había estado la cabeza de Harry un momento antes.

-Sí, amo-, respondió un Kreacher que no sonaba arrepentido.

-¿Hay alguna razón para que me despierte a las...?- Harry lanzó un rápido tempus sin palabras -¡las dos y media de la mañana!-.

-Sí, amo-, respondió Kreacher. -El amo tiene una llamada de floo-.

Harry miró fijamente al elfo. Más vale que esto sea bueno.

-¿Quién es?-, casi gruñó.

-El auror Robards-, respondió Kreacher.

Al instante, Harry se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta.

Los viejos hábitos son difíciles de romper, gruñó para sí mismo.

De hecho, cuando aún era auror, había habido numerosas ocasiones en las que se había despertado en mitad de la noche por una llamada floo de Robards. Entonces, como ahora, se apresuraba a contestarla; la mayoría de las veces, esto procedía a una vuelta al trabajo, horas antes de que comenzara su turno.

-Robards-, saludó Harry a la cabeza que flotaba en el fuego.

-Potter. Has tardado mucho en llegar-, replicó Robards.

-Ya no soy uno de tus aurores-, le recordó Harry.

-Ha habido un ataque-, afirmó Robards, ignorando el comentario de Harry. -Shacklebolt me dice que tienes jurisdicción-.

-¿Qué?- Preguntó Harry confundido. -¿Qué quieres decir con que tengo jurisdicción?-.

-Justo lo que he dicho-, repitió Robards. -Te sugiero encarecidamente que vengas aquí cuanto antes-.

Harry asintió ausente y Robards cortó la conexión. No podía entender qué tipo de ataque le daría jurisdicción sobre el DMLE. A menos que...

Sus ojos se abrieron de par en par y Harry echó a correr hacia su habitación.

[☆☆☆☆☆☆]

Cuando Harry entró en las oficinas del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica, fue recibido en la puerta por un joven auror, un aprendiz, a juzgar por sus túnicas.

-Señor Potter-, dijo el aprendiz de auror. -Me han ordenado que le lleve directamente a la Sala de Entrevistas 1B-.

Harry asintió con la cabeza. -Gracias-.

Aunque podía encontrar el camino por sí mismo, se dejó guiar por el joven. La Sala de Entrevistas 1B era en realidad una pequeña habitación al lado de la Sala de Entrevistas Uno que tenía encantos especiales colocados en una de las paredes, lo que permitía que cualquiera que estuviera en la sala "B" viera la sala principal sin ser visto por ellos mismos, como un espejo unidireccional en una sala de entrevistas de la policía muggle.

Un rápido vistazo al entrar le mostró a Harry que una auror estaba sentada con un joven en la sala principal, sin saber si estaban hablando o no, ya que los silenciadores parecían estar activados.

La sala "B" estaba ocupada por tres personas y, aunque Harry esperaba a dos de ellas, la tercera no fue una completa sorpresa.

-Jefe Robards. Kingsley. Susan-, dijo, señalando con la cabeza a cada uno.

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