13. El escarabajo

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¡Hola! Lamente dejar esta historio olvidada, la razón no pude encontrar mi libro de cuentos por lo que supuse que lo habían tirado, pero resulto que estaba puesto en una estanteria justo donde más tiempo me quedo. Vaya ciega que estoy.

Pero no importa, porque ahora estoy de vuelta con la historia. ¡Adios!

Posd: Tengo dos historias más en borrador y posiblemente una de ellas la suba cuando acabe con la trama.

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Aquel día el herrero de la Corte tenía que realizar un trabajo especial, nada menos que poner herraduras de oro al caballo del emperador.

Segun su dueño, el caballo se lo tenía merecido, había sido montado por el Emperador desde que era un poco más que un potrillo y al hacerse mayor, con su valentía había salvado la vida de si amo en muchas batallas.

Pot eso, como premio a su valor le ponían herraduras de oro.

El asombro del herrero de la Corte fue tremendo cuando, una vez finalizado su trabajo se le presente aquel escarabajo.

- ¡Quiero que me las pongas a mí tambien! Puedes empezar por mis patas grandes o mis patas pequeñas, lo mismo me da.

- Bueno- dijo el herrero- ¿tú qué es lo que quieres?

- ¡Pues que voy a querer, hombre! ¡Herraduras de oro, como las del caballo del Emperador!

El herrero rompió a reír con todas sus ganas y entre carcajadas, contestó al bichejo:

- ¿Con que herraduras de oro? ¡Handa, lárgate de aquí ahora mismo antes de que me enfade y te haga desaparecer de un pisotón!

- ¡Pero bueno!- exclamo el escarabajo indignado- ¿Es que soy yo menos que ese animalote de caballo al que todos mimáis? Para que lo sepas, ¡Yo también formo parte de la cuadra del Emperador, que he compartido con ese estúpido caballo!

El herrero no le hizo maldito caso y dándose media vuelta siguió haciendo lo que tenía que hacer. El escarabajo siguió:

- ¡No estoy dispuesto a tolerar este ultraje! ¡Y para demostrar que a mí no se me pueden hacer estos desprecios, me iré y no volveré jamás por esta casa. ¡Ya veréis lo que es bueno cuando yo falte!

- ¡Qué tengas un buen viaje!- le dijo sin mirarle el herrero.

Desesperado por la grosería de aquel hombre, el escarabajo dio unos aleteos y fue a caer en un jardín plagado de fragantes flores, de matas y arbustos muy cuidados. Una mariquita roja con puntitos redondos muy negros, que pasaba por allí en ese momento le dijo:

- Bonito lugar éste, ¿no te parece, amigo escarabajo?

- Bueno-contestó el escarabajo despectivamente-. No esta tan mal de todo, pero ¡conozco sitios mucho mejores que éste! ¿Es que no ves que no hay ni siquiera un estercolero decente?

La mariquita lo miró de arriba a bajo y siguió su camino. Elescarabajo dio varios aleteos más y fue a caer junto a una brillante oruga verde, que dijo al verle:

- ¡Oh, qué hermoso es el mundo! Y cómo calienta el sol... Esto es my bueno para mí ¿sabes? porque pronto me dormiré y cuando despierte... ¡Me habré convertido en una bella mariposa!

- ¡Qué tonterías dices, gusano! Los que volamos veloces y ágiles como las mariposas, somos nosotros, ¡Mira, mira, despreciable gusano; mira y toma nota!

Y salió realizando torpes vuelos hasta que se perdió de vista. Cuando de nuevo se posó, fue a caer sobre una bella pradera de verde césped y como estaba cansado se dispuso a dormir, no sin antes decir:

Cuentos de un libro antiguoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora