EROS - [DETRÁS DE MÍ 2] +18

⛓1: Nueva Realidad

De un salto despertó alterado quedando sentado sobre una superficie mullida,  confundido miró hacia todas las direcciones encontrándose cara a cara con la oscuridad de su habitación. Pasó una mano por su frente notando como estaba totalmente empapada por las gotas de sudor al igual que su camiseta.

El corazón le latía a mil, temía que en algún momento saliera de su pecho. Esas últimas imágenes le perseguían cada noche como un monstruo tratando de alcanzarle para llevarlo a lo más profundo del abismo.

Reposó sus manos temblorosas en su propio regazo, entrelazó los dedos entre sí concentrándose en regular la respiración como le habían enseñado.

Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo...

Una vez más calmado bajó sus pies descalzos de la cama hasta que tocaron el frío suelo, decidió levantarse para asomarse por la ventana, con cuidado retiró la gruesa cortina que lo cubría pudiendo ver cómo el sol se asomaba cada vez más a la vez que la luna y las estrellas desaparecían.

Sabía que la hora en la que lo despertaban se acercaba, por lo que decidió encaminarse hacia el armario para agarrar algo de ropa junto a unos pares de zapatos. Se metió dentro del baño dejando el pijama a un lado.

Colocó su pie derecho en la ducha seguido del izquierdo, una vez estuvo dentro de la ducha encendió el agua cerciorándose de que esta saliera caliente. Cerró sus ojos sintiendo el agua recorrer su cuerpo mientras que lo mojaba, una calidez lo invadió obligándole a quedarse quieto unos minutos.

Sintió que ya era suficiente cuando comenzó a escuchar pasos afuera de la habitación, rápidamente agarró el jabón líquido colocando un poco en una esponja, se la restregó todo el cuerpo haciendo espuma, por último quitó todo rastro de espuma de su cuerpo y salió de la ducha.

Con una toalla pequeña absorbió la humedad de su pelo mientras que con una grande se secaba su cuerpo.

Una vez listo se sentó en el borde de la cama ya vestido y listo para enfrentarse a un nuevo día, si por él fuera se quedaría todo el día encerrado sin tener ningún tipo de contacto con nadie, pero no se lo permitían.

Suspiró pesadamente echando su cabeza hacia atrás.

Poco tiempo después escuchó el click de la puerta, miró hacía ella y se encontró con una linda y joven mujer que le sonreía con amabilidad.

—Creía que seguías dormido como siempre— le acusó divertida —¿Qué pasó para que sucediera este milagro?

—Tengo ganas de empezar el día— le mintió mientras sonreía.

—Oh ¡Eso es genial!— exclamó feliz, el contrario se encogió de hombros sin darle importancia —Vamos al comedor que debes de estar hambriento, anoche no comiste mucho...

—No tenía hambre ya te dije, hoy lo compensaré ¿Te parece?— le ofreció inclinando su cabeza como un pequeño cachorro.

—Mmm, está bien— dijo no muy convencida —Ven, acompáñame.