⛓5: Asesinato

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Llegó al primer piso de la mansión, recorrió todas las habitaciones sin encontrar a Mason, decidió ir al garaje donde se lo encontró junto a Ramón el cual estaba reparando un coche

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Llegó al primer piso de la mansión, recorrió todas las habitaciones sin encontrar a Mason, decidió ir al garaje donde se lo encontró junto a Ramón el cual estaba reparando un coche.

—Mason, necesito que vengas urgentemente— ordenó, sin esperar respuesta salió de nuevo hacia el dormitorio de Rune.

—Voy, voy— respondió cuando lo vio alejarse, corrió tras él hasta llegar a su lado —¿Qué sucedió?

—Rune acaba de despertar— informó sin detener su paso.

Mason abrió la boca sorprendido.

—¿Cu...cuando?

—Hace unos diez minutos.

—¡Debiste llamarme de inmediato! Voy a por mi maletín— dijo cambiando el rumbo de sus pasos hacia la enfermería.

Massimo asintió con la cabeza, en pocos segundos llegó a la habitación, abrió el pomo y poco a poco entró con pasos cuidadosos hasta llegar a su lado.

—Mason ha ido por su maletín, vendrá en unos minutos.

—Bien...— murmuró —Después me gustaría que llamases a los chicos, me gustaría verlos.

—Primero debes descansar— le ordenó más serio —Te conozco lo suficiente como para saber que lo primero que harás será levantarte y sobre esforzarte ignorando lo que te dirá Mason.

Rune río antes de toser de nuevo.

—Me conoces demasiado bien, no me quedaré quieto en una cama por más tiempo.

—Eso lo decidirá Mason ¿No crees?

Justo en ese momento Mason entró con su maletín lleno de las cosas necesarias, al ver a Rune despierto sus ojos se iluminaron.

—¡Rune! No sabes cuánto me alegro de que estés bien— habló alegremente mientras sacaba cosas del maletín.

Se acercó hacia él con una linterna en las manos.

—Abre los ojos— dijo iluminando sus ojos grises —Muy bien... ahora sigue mi dedo— Rune lo hizo sin ningún problema.

Mason estuvo unos quince minutos haciéndole pruebas varias al pelinegro, todo estaba en orden, no había ningún comportamiento extraño en su cuerpo.

Con cuidado le quitó todas las vías conectadas a su cuerpo, empezando con la del suero y terminando con las que tenía pegadas en su pecho, al hacerlo la máquina dejó de hacer los molestos pitidos.

—Perfecto, te recomiendo que hoy te tomes el día de descanso. Intenta levantarte muy lentamente, seguramente sientas mareos, pero es normal. También te costará moverte, tu cuerpo se mantuvo sin moverse durante un tiempo, poco a poco te acostumbrarás de nuevo— explicó —Y muy importante— recalcó señalándole con el dedo —Nada de movimientos bruscos ni disgustos.

EROS - [DETRÁS DE MÍ 2] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora