⛓3: En mis manos

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Su mano se deslizaba por la hoja con rapidez haciendo trazos con el bolígrafo,  Eros llevaba casi una hora intentando dibujar algo decente, pero siempre le salían figuras extrañas

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Su mano se deslizaba por la hoja con rapidez haciendo trazos con el bolígrafo,  Eros llevaba casi una hora intentando dibujar algo decente, pero siempre le salían figuras extrañas... Estaba intentando cambiar cosas de su rutina, normalmente iría a leer, pero necesitaba hacer algo nuevo con urgencia, cada día se frustraba más por no poder hacer las cosas que quería.

Infló sus mejillas con frustración haciendo la hoja una bola la cual tiró hacia al frente con fuerza sin fijarse quien estaba sentado.

—Ay— Daeghel se quejó tocando la nariz.

Eros miró al frente y vió que le había dado al rubio, sonrió con satisfacción.

—No si encima se ríe el desgraciao— bufó haciendo bola otra hoja la cual terminó en la frente de Eros.

—¡Oye! Lo mío fue sin querer— comentó cruzando sus brazos.

Vió como el rubio desplegaba la hoja para luego reírse.

—Esto que se supone que es un caballo, una vaca... ¿O un tiburón?

—No lo sé ni yo— suspiró —Esto es una mierda, no sé dibujar.

—Ya me dí cuenta— afirmó devolviéndole el dibujo arrugado.

Eros lo agarró para luego encestarlo en una papelera que había cerca, hubo un segundo en el que miró hacia la entrada de la sala de actividades y vió a la loca del tenedor ahí paraba mirando fijamente a Daeghel.

No le dio mucha importancia, en cambio decidió preguntar una duda que lo tenía pensando de más.

—Oye, últimamente mis sesiones con la psicóloga están siendo más frecuentes, de hecho acabo de venir de una ¿Eso es normal?— preguntó Eros extrañado.

—Puede ser, cuando ven que estás mejorando suelen añadir más sesiones para controlarte aún más y cerciorarse de que estás recuperado. Básicamente eso puede significar que pronto saldrás de aquí.

—Ohh— abrió la boca sorprendido, creía que iba a estar aquí por más tiempo, pero al parecer su mejoría está siendo "rápida".

—No te sorprendas, ya te dije que eres un chico fuerte.

Eros suspiró con nostalgia, recordaba la primera vez que llegó al psiquiátrico, lo tuvieron que sedar para poder ingresarlo, no paraba de pegar a todo el mundo que lo tocara para intentar llevarlo adentro. Se negaba a estar rodeado de locos, creía que su familia lo odiaba por estar sucio, pero con el paso del tiempo comprendió que solo buscaban lo mejor para él.

Pero sobre todo recordaba la gota que derramó el vaso para que decidieran meterlo ahí dentro, se arrepentía como nadie tenía ni idea...

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Sus párpados se sentían tan pesados que era incapaz de abrirlos, una luz le molestaba de sobremanera, intentó abrir los ojos de nuevo cosa que no pudo. Por un momento pensó que Trevor le había puesto una venda en los ojos para hacer con él cosas desagradables.

EROS - [DETRÁS DE MÍ 2] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora