Esa misma noche todos volvieron al punto inicial, la mansión de los Wade, entraron todos de nuevo aprovechando que aún el cielo estaba oscuro, la noche aún no había acabado. Con total libertad entraron de nuevo a la propiedad esparciendo la gasolina libremente por todos los lados, sin miedo a que alguien se pudiera despertar.
Salieron de la casa todos juntos, una vez en el jardín Caleb agarró de la mano del rubio una caja de cerillas, encendió varias a la vez observando como el fuego consumía lentamente la madera, las llamas iban haciéndose cada vez más altas y potentes, se quedó absorto apreciando su peligrosa belleza.
Dándole un último vistazo lo tiró sobre el charco de gasolina el cual se extendía bajo sus pies, el fuego comenzó a aparecer de forma rápida y desplazándose por el hilo de gasolina quemando a su paso la frondosa hierba del jardín hasta que llegó al interior de la casa.
—Será mejor que lo veamos de lejos— habló Rune rompiendo el silencio.
Saltaron el muro hasta estar fuera del recinto, caminaron cuesta abajo hasta que sus pies comenzaron a pisar la fina arena de la playa; desde ahí observaron cómo el fuego consumía el interior de la casa, el humo negro comenzó a hacerse saliendo por las salidas de la casa. El fuego iluminó todo el exterior, no se podía ver nada a través de las ventanas, sólo podían apreciar la densa bruma.
Sus rostros se vieron iluminados por la catástrofe que ellos mismos comenzaron, el calor comenzó a merodear en el aire, las ventanas de la parte superior se estaban empañando, lo que indicaba que el fuego ya había llegado hacía ahí, Segundos después se apreció el brillante fuego en su interior.
Nadie dijo nada, se quedaron anonadados con la imagen que tenían frente a sus ojos.
Caleb no paró de sonreír tras la máscara, el fuego que consumía esa casa era el mismo que lo había estado quemando durante todo este tiempo al saber que la muerte de sus padres era algo planeado por alguien y esas personas seguían sueltas y viviendo con normalidad.
Buscó la mano de Massimo y sin decir nada las entrelazó, sintió un fuerte apretón de su parte, desvió la vista hacia el rubio el cual ya lo miraba de vuelta, puso su cabecita en el hombro del mayor el cual comenzó a acariciar su brazo volviendo la mirada al incendio.
Sonaron sirenas a lo lejos, lo que indicó que ya era hora de retirarse de su obra maestra.
Entraron al coche y sin levantar ninguna sospecha se hicieron pasar como un ciudadano más, no sabían el tiempo que habían estado absortos en el incendio, pero el sol ya había salido y los pájaros comenzaron a cantar indicando que el día estaba comenzando.
Habían completado una misión más con éxito, ya quedaba menos para ser completamente libres y liberarse de las cadenas del pasado...
Al día siguiente.
Caleb oyó una insistente y molesta música, pero no dejó que eso interrumpiera su sueño, se acomodó más entre las sábanas y el cuerpo de Massimo dormido a su lado, se acurrucó contra él sintiendo su gran cuerpo. Gruño cuando el maldito ruido no paraba de sonar una y otra vez insistentemente.
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EROS - [DETRÁS DE MÍ 2] +18
Novela JuvenilSEGUNDO LIBRO DE "DETRÁS DE MI" Después de todos los acontecimientos vividos The Ravens no se rindió, siguieron adelante como pudieron, ahora tenían nuevos objetivos que lograr y antiguos por resolver. Se quedaron unidos apoyándose el uno al otro su...