⛓2: El mote

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Era un día nuevo, Eros se encontraba en la biblioteca con un libro entre sus manos intentando concentrarse en lectura, pero le era imposible, solo podía pensar en las palabras que Daeghel le dijo ayer a la mañana antes de despedirse

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Era un día nuevo, Eros se encontraba en la biblioteca con un libro entre sus manos intentando concentrarse en lectura, pero le era imposible, solo podía pensar en las palabras que Daeghel le dijo ayer a la mañana antes de despedirse.

Su mente desde entonces estaba hecha un lío, no podía pensar en otra cosa, esa noche no tuvo pesadillas, simplemente repetía esas palabra una y otra vez. No podía procesar cómo podía saber de la existencia de ese mote, solamente dijo el nombre de Armando, en ningún momento pronunció estrellita.

Empezaba a dudar si realmente lo dijo o fué producto de su imaginación, de hecho ahora mismo le pareció escuchar una voz a lo lejos.

Le dió un suave cabezazo a la mesa en señal de rendición y dió un pequeño grito de frustración. Alguien tocó su espalda y sobresaltado se giró hacia donde lo habían tocado.

Vió a Daeghel con una postura relajada, sus manos en los bolsillos mientras lo miraba sin ninguna expresión.

—Vigésimo día en el que te llamo quinientas veces y no respondes ¿Otra vez los ovnis te abducieron?— elevó la comisura de sus labios divertido.

—Estaba pensando— se excusó bajando la mirada al libro como si estuviera leyendo.

—Ajam y yo follando— sentenció sentándose a su lado.

—¡¿Cómo?!— exclamó cerrando el libro de golpe.

Una enfermera que estaba por la zona le regañó por el grito advirtiéndoles que a la próxima les echaría.

—Mejor no grites bambino. Ah y era broma, o no...— murmuró con diversión.

—A no ser que folles con alguna loca— habló el peliblanco con burla.

—Hay enfermeras y enfermeros— respondió pensativo —Pero de todas formas no follaría aquí dentro.

—¿Por?

—No hay nadie que me llame la atención— chasqueó la lengua para luego desviar la mirada, pero volvió a mirar al peliblanco rápidamente.

Eros se quedó analizando su rostro intentando encontrar algo extraño en él, pero no podía conseguir nada, no tenía expresión alguna. Siempre estaba con el rostro sereno o sonriendo con burla.

—A si que... intentando analizarme eh.

—¿Qué? No joder, solo te estaba mirando— negó con la cabeza mientras hablaba.

—A mi no me puedes engañar Eros...

—Daeghel ¿Porque ayer me llamaste est...— no pudo terminar la frase ya que Nelly apareció caminando rápidamente a ellos.

—Eros, es hora de tu visita te están esperando— informó con amabilidad.

—¿Tiene que ser justo ahora?

EROS - [DETRÁS DE MÍ 2] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora