⛓20: ¿Ultima partida?

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Cuando estuvieron de vuelta al hotel todos se reunieron en la habitación de Eros y Armando nuevamente, se encontraban sentados en los sillones sin decir una sola palabra, se podía sentir un ambiente algo pesado el cual Eros no sabría explicar, ten...

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Cuando estuvieron de vuelta al hotel todos se reunieron en la habitación de Eros y Armando nuevamente, se encontraban sentados en los sillones sin decir una sola palabra, se podía sentir un ambiente algo pesado el cual Eros no sabría explicar, tenía la mirada de Armando encima de su cuerpo cosa que lo hizo estremecerse y encogerse un poco en su sitio, lo miraba con el ceño algo fruncido y serio.

Se hubiera reído de la situación si no supiera todo lo que Malena le contó, no sacaron casi nada en claro en esta nueva misión, debían seguir dando palos de ciego confiando de que no les sucediera nada.

Había dejado a la chica de nuevo en el prostíbulo, no podía llevársela de la nada ya que levantaría sospechas, y comprarla era una opción pero se negaba rotundamente a apoyar el negocio de trata de blancas, a parte de que no la conocía de nada ¿Y si era alguna infiltrada? No podía permitir que supieran donde se alojaban ni sus próximos movimientos o planes a futuro.

Estaba tan cansado que sus ojos se cerraban por sí solos y dió gracias de haber cenado una hamburguesa de camino al hotel.

—Eros— su padre le movió el hombro suavemente —¿Quién era esa chica?

—Ah sí— murmuró moviendo la cabeza para despejar su sueño —Una chica que trabaja ahí por obligación, según me contó un tipo enmascarado vino hacia ella y le enseñó una foto de Rune, Massimo y mía, le dijeron que si nos veía tenía que transmitirnos un mensaje— empezó a relatar sin saltarse ningún detalle.

—¿Y ese mensaje es...?— preguntó Massimo.

—Una coordenada, según me dijo la chica, es la casa de un empresario. En el prostibulo los clientes pueden comprarlas y a una amiga de ella la compraron llevándola a esa coordenada, debemos dar con ella y nos dará la información suficiente para llegar a donde sea que debemos de llegar...

—Otra puta coordenada— murmuró Rune con rabia.

—Esto parece un chiste de mal gusto— se quejó Caleb negando con la cabeza de caído.

—Puede ser la última— intentó animar Armando —Debemos de ir y acabar con esto de una vez por todas.

—¿Y si no es la última? Llevamos meses yendo de lugar en lugar buscando algo que ni sabemos, lo único que recibimos de ellos fué la foto de mi mujer muerta— comentó entre dientes comenzando a enfadarse —Si sigo haciendo esta mierda es para saber dónde está su cuerpo o saber algo de ella... y siento que están jugando con nosotros, no sé si quiero seguir con esto.

Todos se quedaron en silencio pensando las palabras de Rune, un ambiente tenso se formó de nuevo en el dormitorio.

—Papá, hagamos el último esfuerzo por favor— habló Eros con voz comprensiva —No podemos rendirnos ahora, falta poco, lo puedo presentir, pero te necesito para resolver todo esto...

Rune miró los ojos de su hijo, eran exactamente iguales a los de Rosse, una lágrima de impotencia rodó por su mejilla terminando en el cuello de su traje, Eros le recordaba tanto a ella... su risa, su actitud, su delicadeza, la forma de expresarse,  era casi una copia.

EROS - [DETRÁS DE MÍ 2] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora