⛓7: El reencuentro

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Ya habían pasado los tres días que faltaban para llegar a casa, hoy por la tarde podía ser libre de nuevo y ver a todos; se sentía emocionado, no esperaba la hora para salir de ahí, su corazón saltaba de alegría al saber que en apenas unas horas p...

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Ya habían pasado los tres días que faltaban para llegar a casa, hoy por la tarde podía ser libre de nuevo y ver a todos; se sentía emocionado, no esperaba la hora para salir de ahí, su corazón saltaba de alegría al saber que en apenas unas horas podría ver a su padre, Armando y Caleb.

No podía creérselo, por fin los iba a ver, esa opción le parecía tan lejana hace un tiempo...

Cuando despertó lo hizo con una gran sonrisa en su rostro, al mirar al suelo se encontró una mochila con lo que parecía ser una nota, se sentó en el borde de la cama para salir de ella y dirigirse hacia allí.

Con cuidado se agachó hasta agarrar la hoja de papel.

{Aquí tienes algo de ropa, te recogeré a las siete de la tarde. Estate tranquilo y no vayas a liarla a horas de salir...  FDO: Massimo}

—Que hombre tan seco— murmuró para sí mismo.

Abrió la mochila encontrándose con unos jeans negros, una camiseta de manga corta del mismo color junto a un cinturón y un par de zapatos, también estaba su perfume y pendientes.

—Mi ropa al fin— dijo con una sonrisa dando unas palmadas con emoción.

Fué hacía al baño para darse una ducha y colocarse de nuevo la típica ropa blanca del psiquiátrico, ya que tenía que bajar a desayunar y le quedaban unas horas por delante, no podía ir vestido como quisiera.

Cuando pasó un rato Nelly apareció por la puerta.

—Hora de tu último desayuno aquí Eros— informó con felicidad.

—Voy— respondió saliendo de la habitación.

Caminaron hasta llegar al comedor, agarró su respectiva bandeja y se sentó frente a Dae el cual estaba mirando por la ventana.

—Buenos días Dae— saludó animado.

—Pero bueno, ¿A quién tenemos aquí? al chico que saldrá al mundo real en unas horas— respondió con una sonrisa sincera.

—No sabes lo feliz que estoy, parece que me han drogado o algo raro— comentó sin perder su sonrisa.

—Me gusta tu sonrisa, no la pierdas nunca Eros, no me gustaría que se apagase de nuevo. Se feliz y disfruta de la vida ahí afuera.

—Lo haré, juró que lo haré sin importar lo que pase. He aprendido a ser feliz con las personas que tengo alrededor, sin importar si falta alguien, porque siempre faltarán.

—¡Así se habla!— le animó —Saldrás ahí afuera y te comerás a todos los que te hicieron daño ¿De acuerdo?

—¡Claro que sí!—  exclamó el peliblanco.

—No te escuchó, ¡habla más fuerte!

—¡Lo haré!— exclamó más fuerte —Me los comeré y luego los cagare.

EROS - [DETRÁS DE MÍ 2] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora