Capítulo diez - Fiesta pt 2

144 21 4
                                    

La fiesta llevaba en pie como dos horas. Todos los presentes se divertían, hablaban y bailaban al ritmo de la música en el gran living luego de haber movido los muebles para que fuera más cómodo y amplio. Algunos de los amigos mayores de edad de Alison y Verónica, bebían o fumaban fuera de la casa. Otros, estaban en los cuartos de alguna de ellas, besándose probablemente. Alexandra agradeció trancar su puerta antes de bajar.

Ella y Bruno se mantenían al margen de la situación sentados en la cocina; ella sobre la mesada y él en uno de los taburetes frente a la chica. Ambos reían y se burlaban de los allí presentes, con la fuerte música de fondo mientras tomaban Coca-Cola y comían masitas dulces.

Amo esta canción –comentó la chica al comenzar a sonar "Take On me" –Muy de los 80s –agregó dando un sorbo a su gaseosa.

–¿Quieres ir? –preguntó el castaño señalando la sala de estar con la cabeza. Debía admitir que no era de sus canciones favoritas, aunque si le transmitía esa vibra ochentera y muchas ganas de bailar.

Alexandra asintió sonriente. Bajando de la mesada, se dirigió a la sala donde los demás se movían al ritmo de la canción, siendo seguida por Bruno. La castaña no tardó en tomarlo de la mano, para darle una vuelta y girar ella después. Estando allí, con las luces psicodélicas y el olor a cerveza, comenzó a deslizar los pies en el suelo sin despegarlos, mientras flexionaba un poco las rodillas y volvía a levantarse. Supuso que se veía ridícula, pero no le dió importancia ya que se estaba divirtiendo. Tomó las manos de su amigo que tardó en comenzar a bailar justo como ella.

Pero enseguida le siguió la corriente a la chica, que bailaba llevando su mano hacia arriba y abajo apuntando con el dedo índice, para luego hacer una "V" con sus dedos y pasarlos frente a sus ojos mientras estiraba los labios y movía un poco su cadera al ritmo de la canción. La estaban pasando genial haciendo caras raras mientras los demás los miraban entre divertidos y extrañados.

Así, bailaron y rieron durante las siguientes cinco canciones, hasta que las personas comenzaron a irse de apoco. Bajaron un poco el volumen de la música, reuniéndose los doce que quedaban -sin contarlos a ellos dos- en un currículo, para conversar un rato antes de todos irse.

Ambos se acercaron a la ronda. Bruno se cruzó de brazos. Alexandra colocó su antebrazo en el hombro de él, recargando todo su peso en este. Escuchaban atentamente las locuras que los chicos habían hecho estando borrachos. Nunca hicieron algún aporte a la conversación, aunque estaban integrados a ella.

–Ahora que somos tan pocos–habló Verónica cuando terminaron las historias–. ¿Qué les parece si –pausó dramáticamente–... jugamos al juego de la botella? –preguntó con una sonrisa traviesa levantando una botella de cerveza vacía.

Todos los presentes estuvieron de acuerdo, sentándose en el suelo en una ronda. Sin embargo, Bruno se quedó parado queriendo no ser parte de aquel juego. Verónica lo observó con confusión. Todas la miradas se posaron en él, incluso la de Alexandra que lo miraba expectante. Se balanceó incómodo.

–¿No vienes a jugar, Bruno? –cuestionó la pelirroja con una sonrisa forzada.

–Prefiero quedarme por aquí –respondió él. Todos menos su única amiga del lugar lo abuchearon.

–¡Ay vamos!, no seas aguafiestas –insistió Verónica.

Bruno suspiró pesadamente, para luego aceptar y acercarse a la ronda, tomando asiento frente a la pelirroja, al lado de un chico castaño con tatuajes en la cara que parecía estar un poco borracho, y una chica rubia con lentes, que lo había estado mirando mucho desde que llegó. Ahora si, todos lo animaron.

Verónica fue la primera en girar la botella. La tapa apuntó a una chica que estaba a tres personas de ella quien hizo un gesto de disgusto a la izquierda de Alexandra. La pelirroja por otra parte, no tuvo ningún problema en acercarse y darle un beso intenso, más largo de lo que se esperaba... Y así los demás siguieron.

El turno de Alexandra llegó. Relamió sus labios antes de tomar la botella, con algo de miedo por quien le fuera a toca. Aguantó la respiración y la giró. Para su sorpresa, la botella apuntaba a su amiga Alison. Ambas se acercaron y luego de unas risas nerviosas, se dieron un delicado y corto beso. Cuando regresó a su lugar, la castaña notó como Bruno la miraba sorprendido, su boca formaba una gran "o". En respuesta, ella sólo le mostró la lengua, y luego lo ignoró.

Dos personas después era el turno de Bruno, quien se reprendía a sí mismo por meterse en esa situación. Tardó unos segundos en girar la botella al tenerla en las manos. Se quejó internamente cuando vió a quien el objeto de vidrio estaba apuntando.

–Bueno... Al parecer tendremos que besarnos –dijo Verónica con una gran sonrisa.

Súper fuerte | Bruno CarrelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora