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01 de noviembre de 1996, Seúl, Corea del Sur

Hace ya dos días desde que el joven Park Jimin se quedó en mi casa, incluso mi madre le hizo el desayuno y cambio su horario de entrada al trabajo solo porque él estaba aquí. Conmigo nunca hace eso y yo soy su hijo. Aunque me causó un poco de gracia, Jimin fue alimentando como si no hubiese comido en una semana, mi madre le servía de comer unas dos o tres veces más de cada platillo. Él intentaba decirle que ya se encontraba satisfecho pero mi madre no lo dejaba ni hablar.

No me di cuenta en el momento que me reí.

- ¿Qué te parece gracioso? -dijo mi padre.

- ¿Eh? -tragué en seco.

- No hemos dicho nada gracioso -respondió mi madre.

- Yo, sólo me acordé algo que me causó risa, no fue nada.

- Está bien, a la próxima cuéntanos de que se trata para reírnos contigo hijo.

Me limité a asentir.

- Jungkook, hijo, ¿cuando volverá Jimin a la casa?

Estuve a punto de escupir el jugo de naranja en la camisa de mi padre, debe ser una broma. Nunca jamás en lo que llevo de vida a mis padres les interesaba tanto saber cuándo volvería una persona a pisar nuestra casa.

- N-No lo sé, un día de estos ¿por qué?

- Bueno, es un gran chico y nos cae muy bien -la sonrisa lasciva de mi madre me estaba poniendo nervioso.

-Así es, tu madre tiene razón hijo.

- Y-Ya me voy, se me hace tarde y no quiero que el profesor vuelva a llamarme la atención -me levanté del comedor y tome mis cosas.

Me despedí de ellos, los escuché reírse de mi y todo porque cuando quise ponerme los zapatos me tropecé, creo que incluso ellos mismos alcanzaron a notar que sus comentarios me hicieron sentir nervioso. Además, ¿por qué traería a Jimin a mi casa todos los días?, sólo somos amigos y aunque no me molestaría su presencia no quisiera que mi propio corazón siga creyendo que hay oportunidad. Debo comenzar a aclarar lo que divaga y ocupa mi mente a diario.

Suficiente tuve con editar la grabación de su presentación, era un trabajo que podía hacer en menos de un día pero me llevo la mitad de otro. Todo porque no dejaba de mirar cada uno de sus pasos.

- ¡Hey! -una voz bien conocida me llamó motivo por el cual detuve mi andar.

-¿Qué? -susurré.

- Jungkook, hace tanto que nuestros caminos no se juntaban.

No puede ser.

En serio, no puede ser.

¿Por qué?

- ¿Necesitas algo? -dije con desinterés.

- Lo mismo de siempre, ya sabes.

- Mi respuesta nunca va a cambiar Ma Ru, no hay nada que discutir, así que por favor deja de insistir, tienes una novia que se siente muy feliz de tenerte a su lado y con quién puedes mostrarte con naturalidad, sin esconderte de nadie.

- ¿Cómo puedes decir algo así, sabiendo que...?

-¿Qué tu novia es la persona a quién considere mi mejor amiga? -decirlo frente a él provoca que una parte de mi quisiera gritarle cuánto me duele saber eso y la otra sólo necesita irse.

The art of love - Jikook -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora