♡; t h r e e

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21 de octubre de 1996, Seúl, Corea del Sur.

Las mañanas lentamente se vuelven más frías, hoy está completamente nublado, es un poco extraño ya que seguimos en verano y se supone que el sol debería estar radiante, pero creo que decidió ocultar su brillo durante trece horas. Llegué temprano a la universidad, grabé todo mi camino, ya que decidí llegar solo, necesitaba pensar en algo para la elaboración de mi proyecto, pero lo único que logré fue preguntarme si ¿podría enfocarlo en mí? No creo que sea una mala idea.

— Así que, sigues recordando nuestra hora — Kang Ma Ru, apareció detrás mío — Ocho con quince de la mañana.

— ¿Nuestra hora? — una risa en tono irónico fue lo único que pude regalarle — No seas estúpido.

— Jungkook, deja de comportarte así conmigo, quiero volver a.. — no lo deje terminar, ya que me reí aún más fuerte, sin importar que mi corazón aún brincará de emoción no puedo dejar que sus palabras me enreden —

Otra vez no...

— Deja de decir cosas que no sientes, así que si me disculpas me voy, odio ver tu cara y más desde temprano — bufé —

— Aún me amas — dijo de repente —

Damn..

Sentí como mi temperatura corporal descendió hasta lo más bajo del cero, los mil y un recuerdos que tuve con él pasaron como clip de película frente a mis ojos, me he convertido en un estetoscopio, que escucha los lentos latidos de ese órgano vital.

— Eso no es cierto — susurré —

— Claro que sí, tus ojos me lo dicen todo — acercó su rostro al mío —

— N-No — me separé — Así que déjame en paz, por favor.

— Hablemos Jungkook.

— No Kang Ma Ru.

Aunque tuviera esas ganas inmensas de poder decirle que sí y aceptar que lo amo más de lo que alguien se puede amar a sí mismo, pero no, debía enviarlo lejos de mis pensamientos, de mi corazón, de todo aquello que me hiciera volver a quererlo haciéndome desear ese sentimiento tan frágil y agrietado que alguna vez me regaló.

Me di la vuelta y caminé lo más rápido que pude hacia el interior de la universidad, en cada paso que daba un sollozo salía de mis labios, hiere, tanto que con sólo pensarlo parece una espina tras otra encajándose en mi corazón, a la mitad de mi andar comencé a correr, buscando indirectamente un lugar donde él no me encontrará.

Y esconderme.

Entre mi caminar volví al mismo sitio que visite hace menos de dos días, el teatro, no sabía si alguien estaría ahí, me quedé mirando detenidamente la estructura de aquel edificio era bonito por fuera y también por dentro, encendí mi cámara y di unos cuantos pasos hacia atrás, comencé a grabar desde el punto dónde me encontraba, haciendo un ligero acercamiento para que la imagen fuera más nítida, tan pronto como recorría desde el lente cada espacio del lugar, una melodía instrumental resonó dentro aquella cueva de arte.

— Parece que siempre escucharé algo cada que venga aquí — dije sonriente —

Sin dejar de grabar abrí la puerta de aquel sitio, otra vez todo parece estar oscuro, la intensidad de la luz es muy baja, en una tonalidad amarilla que contrasta con los colores rojo y dorado de las butacas y el escenario, di un giro de trescientos sesenta grados para tener una buena toma de todo el espacio.

The art of love - Jikook -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora