♡; t w e n t y - 4

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14 de Diciembre de 1996, Seúl, Corea del Sur.

El dulce aroma del desayuno inundó las fosas nasales del rubio, abrió los ojos lentamente, en su memoria el recuerdo de un niño disfrutando de los ricos hot cakes que su abuela le preparaba con un poco de mermelada de fresa, mantequilla y unas cuantas chispas de chocolate sobre ellos.

Se estiró un poco y salió de las sábanas, aún adormilado se fue en dirección a la cocina, sus cabellos alborotados y la marca de la almohada en su mejilla hizo reír a su abuela.

— ¿Qué? ¿Qué le causa gracia abuela?

— Ay, querido nieto —reía a carcajadas.

— Hola Jimin —dijo Jungkook entrando con la fruta recién cortada.

— Hola... Jungkook... Puedes decirme qué le causa tanta gracia a mi abuela.

— ¿Oh? —dejó la fruta sobre la mesa y miró al mayor.

Tardó unos segundos en reaccionar hasta que notó con claridad la razón por la que la mujer no dejaba de reírse.

— Es que... —comenzó a reírse— Deberías... verte en el espejo.

— ¿Por qué?

— Sólo hazlo...

No dejaba de carcajearse.

— Pero aquí no hay un espejo...

— Ve al baño.

Su abuela no podía más, Jungkook quería dejar de reírse pero la risa de la mujer era demasiado contagiosa que se volvía inevitable no seguir riéndose.

Jimin se fue de inmediato al baño, estaba desconcertado, su cara se veía más hinchada o su cabello quedó aplastado de algún lado o ¿qué podía causar tanta gracia?

Entró ahí y al mirarse frente al espejo, soltó una carcajada.

— No puede ser, la marca de la almohada y... ¿mi saliva?

De inmediato abrió la llave y tomó el jabón de pasta que estaba ahí, lavó su cara sin dejar de reírse, estaba claro que había dormido como nunca antes puesto que no encontraba otra explicación a tales marcas.

Al salir y regresando a la cocina miró a su abuela explicándole a Jungkook, una de sus deliciosas recetas, sonrió con sutileza.

Suspiró.

— Cumpliste con la promesa que hiciste hace cinco años... presentarle a tu abuela a la persona que amas.

Exhaló.

Jungkook notó su presencia y le regaló una leve sonrisa.

— Que lindo. —musitó.

— Jimin. No te quedes ahí parado, ven a ayudarnos —inquirió su abuela.

— Si, ayúdame con la crema.

— Vaya, el chef Jungkook y la chef Jung, me han dejado entrar a su cocina —reía.

Lavó sus manos y se dirigió a ayudar a Jungkook, quién cubría los pequeños pastelitos con el betún de chocolate.

— ¿Sabías que está cosa se llama betún y no crema? —enunció emocionado.

The art of love - Jikook -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora