The art of love - Jikook -

♡; t w e n t y - 9

Poco a poco el beso terminó, Jimin sonrió y rozo sus narices. Ambos habían esperado tanto por vivir este momento, el rubio miraba a Jungkook por debajo de sus pestañas, la timidez que emanaba le causaba ternura.

— Hey... mírame —susurró.

Jungkook alzó la mirada.

— ¿Es un sueño?

— No —soltó una risita.

— Jimin... ¿Qué pensaran tus padres?

— La verdad, mis padres se dieron cuenta de mis sentimientos mucho antes de que yo quisiera decirles.

— Oh.

El menor comenzó a sonrojarse.

— Tenía miedo de que llegaran a pensar que había sido corrompido o que estaba confundido entre la amistad y el amor. —musitó al pasar sus dedos entre los sedosos cabellos castaños.

— Cuando estuvimos en Japón le dije a tu abuela que por favor no pensara exactamente eso —sonrió débilmente.

— ¿Mi abuela? ¿Hablaste de eso con ella?

— Es una pequeña y larga historia.

— ¿Puedo escucharla?

— ¿En serio quieres saberlo?

— Sí. Se trata de mi abuela, yo también le mencioné algo relacionado con nosotros.

— En realidad, me avergüenza un poco que lo sepas —rió.

— ¿Por qué?

— Todo ocurrió, una vez en un sueño.

— ¿Cómo? ¿Una vez un sueño? 

Asintió.

Jimin no entendía a lo que el menor se refería, extrañado ladeó su cabeza, mirando la dulce sonrisa que dibujaba aquel estudiante de multimedia.

— Quisiera que fuéramos a otro lugar para poder hablar de todo, pero no sin antes de patinar un par de veces, ¿le parece Park Jimin?

— Claro que sí, Jeon Jungkook.

[ · · · ]

Jungkook

No voy a mentir, en realidad tenía miedo de que las escasas personas que nos rodeaban, comenzarán a lanza cualquier tipo de comentario hiriente. Esta había sido la primera vez en que no me daba vergüenza expresarle mis sentimientos a alguien como Jimin, usé la primera nevada como el pretexto perfecto para soltar todo aquello que tenía guardado en mi interior. 

A pesar de haber dicho que necesitaba tiempo.

Suelo decir y hacer cosas totalmente opuestas a las que digo o hago antes, como cualquier persona.

Su mirada estaba puesta fijamente en mí, de modo que mi cuerpo se sentía atrapado en el más perfecto rincón, no existía nada mejor que sentir sus labios chocar suavemente contra los míos, siempre creí que única manera en que podía llegar a besar a Jimin, sería en mis sueños, igual al que tuve en Japón o quizás en mi próxima vida, siendo una chica.

Ahora que nos deslizamos sobre el hielo, el temor a que mi sonrisa, mirada y palabras me delatarán, ha dejado de existir. 

Verlo hacer algún tipo de acrobacia, me hace admirarlo cada día más, tiene un talento nato para la danza —es algo que nunca me cansaré de decir— sin importar el escenario en el que se presente, siempre encuentra la manera de manifestar su amor por un arte tan bello como éste.