The art of love - Jikook -

♡; t w e n t y - 1

09 de diciembre de 1996, Seúl, Corea del Sur. 

Japón.

El nombre de ese país no ha dejado de sonar en mi cabeza, ni siquiera hoy que sigo mi camino con las manos libres puestas, escuchando el cassette que mi papá me obsequió el día de mi cumpleaños lleno de todas mis canciones favoritas, un regalo maravilloso. Regresando a lo que verdaderamente importa, todavía no tengo una respuesta concreta para la propuesta de Jimin, deseo ir con él pero al mismo tiempo, me siento inseguro y tampoco sé la razón de ello.

No conozco Japón y probablemente olvide incluso el lugar al que fuimos o en donde nos quedaremos, es terrible. Al menos para mí lo es, no viajaría con alguien como yo, bueno, no a un lugar tan mínimamente lejos.

— ¿Por qué tendremos que ir hasta Japón sólo por un parque de diversiones? —musité.

— ¡Cuidado!

Cuando escuché que alguien me había gritado volteé de inmediato pero al mismo tiempo fue demasiado tarde, una chica en patines me ¿atropelló?, definitivamente no creía que tanta mala suerte me persiguiera, primero fue un auto, luego el escalón en el teatro y ahora zapatos con ruedas, el suelo y yo tenemos una buena relación.

— ¡Santo cielo, como lo siento! —la joven se levantó de inmediato e hizo incontables reverencias mientras yo, seguía abstrayendo lo que sucedió.

— D-Descuida —no quería levantarme, me asustaba la idea de que mi tobillo estuviera lastimado de nuevo— Estoy bien, sólo ten más cuida...

— ¿Jungkook? —sus manos cubrieron su boca, mirándome con los ojos muy abiertos.

— ¿Eun-ki? —vaya sorpresa— ¿Qué haces aquí?

— Te recuerdo que también tengo una abuela aquí.

— Es cierto —asentí.

— Ya levántate, me siento tan mal de haberte pasado por encima y verte tirado en el piso es peor.

— Estoy esperando —sonreí avergonzado.

— ¿Esperando qué?

— Sentirme seguro para ponerme de pie, verás... Me torcí el tobillo hace unos días y no quisiera...

— ¿¡Qué te qué!? ¿¡Por qué!? ¿¡Dónde estaba el tonto ese de cabello rubio!? ¡Le pedí que te cuidará y parece que le importó muy poco! —exclamó molesta.

En realidad, me cuida bastante bien.

— Tranquila, ese día sólo fue un accidente...

Porque si había sido un accidente, ¿verdad?

— Te ayudo, déjame...

— ¡JUNGKOOK!

Ay, no.

— ¿Eh? —cuando lo miró de inmediato dejo de ayudarme, volviendo a dejarme en el concreto— ¡TÚ!

Sí, Jimin me había encontrado y añadido a ello, Eun-ki lo encontró a él.

Pero, él ignoró su presencia y paso de largo para dirigirse directamente a mí, se agachó a  mi altura y comenzó a analizarme con la mirada por unos instantes, luego deslizó mi calcetín dejando pequeños toques en él, sus ojos me indicaban preocupación y el temblor de sus manos me decía que estaba asustado.

— Hey... —dije sutil— Estoy bien...

— ¿Seguro? ¿N-No te duele? —nuestras miradas se conectaron, nunca lo había visto así, dejando de lado que sus pantalones eran color beige y el blanco de sus tenis.