♡; e i g h t e e n

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18 de noviembre de 1996, Seúl, Corea del Sur.

Hoy es un día más yendo a la facultad, por primera vez he tomado la iniciativa de venir en bicicleta por extraño que parezca, jamás lo había hecho, es divertido así no tengo que salir tan temprano de mi hogar, de hecho mis padres se sorprendieron de verme con una bicicleta a mi lado, es gracioso que algo tan mínimo los haga sentirse de esa manera.

Estoy feliz y tranquilo, aunque todavía no termino de entender la razón por la que estás emociones y sentimientos positivos se han apoderado de mí, tal vez sea porque estoy dispuesto a ignorar todo lo que a lo largo de este tiempo me ha resultado conflictivo, y aunque sólo sea por hoy, no pienso permitir que el más pequeño defecto lo arruine.

Sigo con mi andar sobre ruedas tomando fotos cada que veo algo que me resulta atractivo o lindo, desearía hacer eso todo el tiempo, en lugar de quedarme a escuchar una innumerable cantidad de voces al mismo tiempo. Disfruto mucho de mi vida cuando creo que no tengo responsabilidad alguna, no me quejo de estudiar una profesión pero, sólo por un día quisiera que todo lo que trae consigo desapareciera y se volviera presente cuando yo lo decida.

— ¿Debo posar o hacerme ver al natural? —una risa familiar me desvió de mis pensamientos.

— Hola —sonreí— ¿Llegaste hace mucho?

— No, llevo alrededor de cinco minutos aquí.

— Tengo que dejar mi bicicleta —baje del vehículo.

— ¿Te encuentras bien?

— Sí, ¿por qué?

— No lo sé, actúas diferente, muy natural —Jimin rió.

— Ah, es que me siento muy bien hoy, el día es bonito y me gusta eso —en realidad este cambio tan repentino fue porque reflexioné una y mil cosas durante la noche.

— Ya veo —sonrió— Es agradable escucharte decir eso.

— Sí, eso creo —reí.

— Entonces, ¿qué hacemos aquí?, disfrutemos de este día Jeon Jungkook.

— Hagámoslo, Park Jimin.

Con bastante ánimo caminamos juntos hacia los pasillos de la facultad, pude notar algo muy peculiar en Jimin, su mano se posicionó en el manubrio, justo a escasos centímetros de mi mano tal vez sólo sea casualidad no tiene caso ni sentido pensar en dobles significados.

— ¿Nos veremos al final de las clases? —carraspeó— Mejor dicho, ¿te quedarás?

— Mhmm. Te lo dije ayer, tal vez pueda ayudar en algo.

— No te pondré a trabajar Jungkook sólo hazme compañía y estaré feliz con ello.

— Oh —mis mejillas comenzaban a arder.

La pequeña sonrisa dibujada en la comisura derecha de sus labios se fue suficiente para que de nuevo el zoológico que habitaba en mi estómago comenzará a hacer lo suyo, al mismo tiempo que su mirada tan dócil y relajada me hizo sentir un poco de vergüenza, seguramente las chicas se han sentido como yo cada que Jimin actúa de esta manera.

— Debes dejar la bicicleta, no creo que quieras llevarla contigo al salón —rió.

— Y-Yo... sí, tengo que salón dejarla...

The art of love - Jikook -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora