21

318 41 0
                                    

No duermo nada. Tengo demasiado procesando en mi cabeza, demasiado sucediendo en mi corazón.

Estoy pensando demasiado, sintiendo demasiado.

Me doy la vuelta y entierro la cabeza en la almohada. Estoy sonriendo, y estoy bastante seguro de que lo he estado haciendo toda la noche.

Busco mi teléfono en la mesita de noche. Tengo mensajes en el chat grupal, y cuando lo abro, encuentro un enlace a un video de YouTube que Donny pensó que era gracioso.

Me desplazo por mis otras notificaciones, pero todavía no encuentro ninguna de Jen. Tal vez Jungkook está durmiendo.

Llegamos a casa bastante tarde anoche. Ninguno de nosotros había querido que la noche terminara. Incluso después de conducir hasta mi casa, pasamos casi una hora sentados y conversando. Tomados de las manos con nuestros corazones llenos, una nube de vértigo arremolinándose a nuestro alrededor.

Decidí entonces que lo de anoche fue una cita, porque fue todo con lo que fantaseaba, y mucho más.

No digo que esté enamorado de Jungkook. Pero la idea no me parece tan imposible. Ni siquiera ha sido una semana completa, pero no puedo negar que me gusta más y más con cada día que pasa. Y lo que me sorprende por completo es que yo le gusto también.

Sus besos son la prueba innegable que mi escéptica mente necesita.

Con sus labios, despejó mis dudas y calmó mi ansiedad sobre nosotros.

Anoche lo hizo una y otra y otra vez.

Llaman a la puerta de mi habitación. Me doy la vuelta justo cuando Eun asoma la cabeza.

—Mamá me envió a comprobar si estabas vivo —explica Eun.

No lo estoy. Me he mudado de la tierra de los vivos. Anoche fue suficiente para matarme, el arma homicida: los hábiles labios de Jeon Jungkook.

Me sonrío a mí mismo. Estoy seguro de que para Eun parezco un tonto, pero no importa. Estoy demasiado feliz para que me importe.

Nada puede salir mal hoy, no cuando me siento así de bien.

—¿Qué te sucede? —pregunta Eun.

—Nada —miento.

Por una vez mi secreto no se siente como una carga.

—¿Verás a Jungkook hoy? —pregunta Eun.

—No, ¿por qué? —Hay algo extraño en su pregunta, o más bien en la manera en que preguntó. Tal vez si no estuviera borracho de amor por lo que sucedió anoche entre Jungkook y yo, la presionaría.

Al final no lo hago. A veces la ignorancia intencional es la mejor.

—Solo por curiosidad. —Entonces cierra mi puerta, dejándome solo con el recuerdo de anoche.

Estoy montando una nube de euforia. No por nada las estrellas del pop dicen constantemente que el amor es una droga. Puede ser cliché, pero sucede que es cierto.

Salgo de la cama y camino al baño. Quince minutos después salgo vestido y listo para encarar el día. Corro por las escaleras y entro en la cocina. Mamá y papá están sentados en la isla, ambos con sus computadoras abiertas. Parece que hoy es un sábado de trabajo en casa.

—Buenas tardes, dormilón —dice papá. Está siendo dramático, queda más de una hora antes de que comience la tarde.

—¿Te divertiste anoche? —pregunta mamá.

Mi corazón salta en un latido. Brevemente creo que está preguntando sobre Jungkook y yo, pero luego recuerdo el concierto. Algo que yo esperaba con tantas ansias y fue completamente eclipsado por los besos de Jeon Jungkook.

Sal conmigo, Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora