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En estos momentos estamos todos sentados en la sala familiar. Jungkook y yo estamos en un sofá para dos.

En toda la mañana no se ha apartado de mi lado. Su presencia es tranquilizadora, sobre todo teniendo en cuenta que estoy a punto de conocer a su mamá, estoy a punto de conocer a la mamá de mi novio.

Lo increíble de la situación atrapa mi atención. Le doy una mirada. Incluso su perfil parece esculpido por los dioses. Estamos sentados tan cerca que nuestros muslos se tocan. Ambos estamos en silencio, yo por los nervios y él... no sé por qué.

¿Está preocupado porque su mamá se entere de nosotros? Ese pensamiento me lleva de vuelta a mi propia madre y el lío que me espera en casa.

Suspiro. Ojalá este día pudiera durar para siempre y nunca necesitara volver a casa.

—Tranquilo —me dice Jungkook. Me da una sonrisa—. Puedes relajarte.

—¿Vas a contárselo? —pregunto.

Jungkook se encoge de hombros.

—No lo sé. —Se muerde el labio y pasa una mano a través de su cabello—. Este asunto de salir del armario es extraño.

Resoplo.

—Ni te imaginas.

Crystal descansa en uno de los grandes sofás de cuero. Está viendo algún reality show en la televisión. La puerta de entrada se abre y la madre de Jungkook entra hecha un manojo de nervios.

Ella es la imagen de la elegancia. Lleva una blusa casual y jeans descoloridos, tiene su roja cabellera recogida en un moño desordenado. Se ve como una versión mayor de Crystal.

La madre de Jungkook sonríe.

Se me corta el aliento por algo que reconozco. Su hijo tiene exactamente la misma sonrisa. Es el tipo de sonrisa que puede hacer que un corazón se acelere o que se detenga por completo.

—Hola a todos.

—Mamá, él es Taehyung —dice Jungkook.

—Encantado de conocerla, señora.

—Por favor, llámame Hannah. Encantada de conocerte también, Taehyung —dice Hannah.

—¿Cómo estuvo tu viaje, mamá? —pregunta Crystal.

—Bien, hasta que escuché que mi preciosa hija tuvo un accidente. —Ella cruza la habitación hasta Crystal—. ¿Estás bien?

Crystal levanta el pulgar con la mano enyesada.

—Es solamente una fractura.

—Y, aun así, me hizo faltar a la escuela para cuidarla —dice Jungkook.

—Somos familia, eso es lo que hacemos —dice Crystal.

—Debes tener hambre —le dice Jungkook a su mamá—. Cocinaré algo. Ven, Taehyung. —Jungkook sale de la sala de estar y yo lo sigo a la cocina. A pesar de todo lo que he visto hasta ahora, la opulencia me sorprende de nuevo.

—Toma asiento —dice Jungkook.

Toca el taburete antes de dirigirse al horno para precalentarlo. Luego se mueve hacia la gran puerta doble del refrigerador y la abre. Él mira en el interior por un rato. Entonces, lleva un montón de ingredientes al mostrador antes de regresar por más. Yo miro mientras trabaja. Enjuaga las verduras y empieza a picarlas.

—¿Qué estás haciendo? —pregunto. Me balanceo de lado a lado.

—Un guisado de desayuno con tocino como plato principal, algo con verduras, y luego algo dulce para ti —golpea la gofrera.

Sal conmigo, Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora