Un As bajo la manga

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Apenas le conocía, pero con tan solo un par de jugadas Erick me había mostrado como el oscuro mundo del póker se había convertido en su estilo de vida y en su profesión.

—Venga, dime que tienes.—sonrió el rubio—Me muero de ganas de ver tu cara cuando me lleve todo tu oro.

—Escalera de color.—dije levantando mis cartas, pero apenas me dio tiempo a preguntarle por lo que escondía su mano cuando sus ojos comenzaron a abrirse como platos.

Theo, que estaba sentado a su lado, le arrebató las cartas de un rápido movimiento al ver que su compañero se había quedado en silencio.

Full House.—sentenció—Se los lleva la chica nueva.

Sin pensarlo dos veces, me llevé sus monedas aumentando mi dinero a mil oros y dejando a Erick con ochocientos. Mi autoestima, poco a poco, comenzó a crecer.

Las siguientes jugadas fueron breves, aunque concisas. Comenzábamos a ser menos impulsivos, por lo que las retiradas eran inminentes, además de la mala suerte. La mejor jugada había sido de Fede con una pareja de nueves.

—Hagamos un recuento antes de continuar.—propuso Theo mientras barajaba las cartas— Yo tengo trescientos oros, la chica setecientos, Fede cuatrocientos, Dylan otros cuatrocientos y Erick ochocientos.

—Propongo subir la apuesta a trescientos.—dijo Erick, pero aquella frase no pareció sentarle bien a sus compañeros.

—Claro, no te fastidia.— respondió Theo indignado—Así nos echas al resto. Hay que tener jeta.

—A mi me parece bien.— dijo Fede, que situado a mi lado derecho se bebió su birra de un trago.—No puedo alargar esta partida mucho más. Terminemos pronto.

Para sorpresa de Theo, todos estuvimos de acuerdo.

Se apartó su flequillo de un manotazo y con el ceño fruncido nos repartió las cartas dejando todo su dinero sobre la mesa. No tenía una buena mano, aunque tampoco era horrible teniendo en cuenta que las cartas de la mesa tampoco eran muy altas: un cinco, una "K" y dos doses.

El color era distinto en cada una de ellas, y observando la cara de mis rivales, supuse que nadie tenía otro dos con el que poder completar a la pareja para poder llevarse el trío.

Tenía un cuatro y una "J". Y a no ser que me saliera alguna pareja alta con la que poder contentarme, diría que esta partida, una vez más, la iba a perder.

Fede se hizo un All-In apostando sus cuatrocientas monedas, Dylan se retiró y Erick igualó la apuesta dándome paso. Estaba convencida de que Fede trataba de marcarse un farol haciendo ver que tenía el trío. Aunque también podía ser verdad que pudiese formar pareja con la "K". Decidí retirarme y, como había predicho, Fede no tenía nada, por lo que aquella apuesta se la llevó Erick, que tenía doble pareja.

—Búa, vaya mierda.— dijo Theo mientras se levantaba indignado, pues ni siquiera se había molestado en enseñar su mano—Sí que tienes suerte.

Los dos jugadores situados en mis dos extremos abandonaron la mesa dejándonos a mi, a Dylan y a Erick solos.

—¿Qué, la subimos a otros trescientos?— preguntó el rubio.

—Está bien, solo me quedan cien oros. No tengo nada que perder.—respondió Dylan, pero yo no estuve de acuerdo.

—Propongo de mantenerla como al principio: cien oros.

Erick comenzó a reírse.

—La gracia del póker es que la apuesta sube, no baja. ¿Entiendes, guapa?

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