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Esta mañana al despertar me encontraba ansiosa, la mayoría de las veces no logro entender mis emociones, mucho menos desde hace algun tiempo cuando por fin empecé a vivir la vida de una forma diferente.

Mi mano apretaba con fuerza el cinto de mi bolso ¿por qué estoy tan nervisosa?

Puedo salir de mis pensamientos cuando el rostro lleno de alegría de Karla llega hasta mi, ella extiende su mano y me saluda con efusividad.

Desde ese primer día en que la vi Karla lograba alejarme de mi mente y era capaz de iluminar cualquier situación.

—¿Ansiosa? —preguntó cuando estuve lo suficientemente cerca y yo asentí— Lo que está preparando Miriam sin duda es impresionante.

Sonreí, seguro lo es.

El sonido de una puerta abriéndose reveló a Ian quien se acercó, —Buenos días, Mon.

Devolví el gesto con una sonrisa, hoy no me sentía de muchas palabras.

—¿Quieres acompañarme mientras preparan todo? —preguntó.

—Por favor, así dejo de estar tan nerviosa.

Me despedí de Karla y ambos caminamos juntos hacia el salón.

Sentía que estaba pasando demasiado tiempo con Ian y eso me agradaba en todos los sentidos, tanto que llegaba a sonreír solo de pensar en él.

Mi lado pesimista no tardó mucho en aparecer y el miedo me invadió al pensar en la vaga posibilidad de perder a Ian, perder la amistad que teníamos sería algo... no quería decirlo si quiera.

Esto estaba mucho peor que pensar en la competencia, mordi mi labio inferior con fuerza, —Ian —le llamé capturando su atención—, ¿estás molesto?

Luego de la última palabra fije mi vista en el suelo hasta que escuché la sonora carcajada de Ian a mi lado.

—¿Molesto? Claro que no —río—. ¿Por qué lo dices, Mon?

Algo avergonzada lo miré.

—Solo lo pensé.

La sonrisa de Ian se torno bastante cálida.

—Me gusta mucho pasar tiempo contigo Mon, lo digo muy en serio —Ian llevó una de sus manos a su bolsillo para dejarlas allí—, eres tan indescriptible.

—A mi también me gusta pasar tiempo contigo —confesé.

—¿Sabes? Hace algunos días estaba pensando y sentí que sería muy egoísta de mi parte ocupar todo tu tiempo. Eres amiga de mi hermana y antes también estabas muy ocupada con tu trabajo, solo no quiero ocupar mucho tu tiempo.

Puse una mueca, supongo que era justo que Ian dijera alguna estupidez de la nada debido a mi estúpida pregunta, había un equilibrio, por lo menos.

—Sinceramente —comencé—, no entiendo nada de lo que acabas de decir pero, tampoco es como si me fueras a dejar sin tiempo de la nada.

Ian volvió a reír, lo entendí, no iba a explicarme porqué de la nada había dicho eso.

—De todas formas he estado pensando en invitarte a salir pronto, hace un tiempo que no salimos todos juntos.

Al escuchar sus palabras me emocioné. En verdad me encantaba salir con los chicos.

Luego de la corta charla con Ian llegamos al salón donde nos encontramos con todos los chicos en el salón practicando un poco a lo cual nos unimos.

—¿No les parece raro? —Mike rompió el silencio que había entre todos— Solo somos nosotros, el chico nuevo y esas otras dos personas.

Lo miré atenta y al tiempo pensé en la situación, era cierto, ya eran pasadas las 9.

Bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora