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Las palabras de Chase habían provocado mucho caos en mi conciencia.

¿Él podría haber notado que Samuel estaba con otra persona? Seguramente era así.

Cuanto desearía tener esa facilidad para descifrar las emociones de los demás con solo ver hacía sus ojos. Haría todo más sencillo.

Tomé mi teléfono y fui a esa carpeta que estaba llena de fotos de ambos. Me veía muy contenta en todas las fotos. Lentamente deslice observando todas esas imágenes, todo parecía tan real.

Hice zoom en los ojos de Samuel. ¿Cómo puedes ver a alguien a los ojos y decirle que le amas sin sentirlo realmente?

Le detesto tanto... con desprecio salí de esa carpeta y sin pensar dos veces eliminé cualquier cosa que me trajera recuerdos de el.

Mientras menos sepa de él todo va mejorar.

De repente el auto se detuvo, —¿Qué pasa, Mike? —preguntó Olivia con sorna.

—Sara me pidió alimento para su perro —respondió y seguidamente apago el motor dejando el aire acondicionado encendido.

Fije la vista en mis piernas, en las cuales tenía mis manos entrelazadas, tengo frío.

—Sara es la madre de Mike —volteó para darme una mirada de esas que solo el tiene, aún en la oscuridad del auto se le nota tan bien—. Supongo que tenías la duda.

Sonreí de lado y me pase el cabello tras la oreja, —Sí, me dio algo de curiosidad, pero tampoco es como si usualmente me guste entrometerme en asuntos de los demás.

—Dices eso y siento que indirectamente me llamas chismoso —de nuevo su sonrisa.

Reí y en ese momento supe que la conversación terminó.

Mike subió al auto rápidamente y lanzó en el regazo de Chase la bolsa, —Comida para perros, como tú.

Chase sin responder le devolvió la bolsa en la cara y todos rieron.

Y en segundos el auto nuevamente estaba en marcha.

Al poco tiempo sentí otro escalofrío que recorrió mi cuerpo, el frío era soportable para mí, pero mis manos se congelaban extrañamente.

Mordí mi labio inferior y de repente en un impulso lleve mi mano hacía la de Ian y le di un ligero apretón sin girar a ver su rostro.

No esperaba que él recibiera mi gesto, pero contrario a esto, con su dedo pulgar me acarició lentamente el dorso de la mano.

Sentí un calor fuerte en mis mejillas.

—Tienes las manos heladas —dijo para mí —. Mike tengo frío ¿podrías...?

Antes de terminar la frase Mike bajo la intensidad del climatizador.

—Gracias, Ian —contesté en un tono bajo, lo que menos deseaba en este momento era que los demás se entrometieran.

Pensé que dejaría mi mano pero al contrario continuó y la calidez de su tacto me hizo sentir muy segura.

Empiezo a hacer cosas de la nada ¿Qué me sucede? Todo está sucediendo muy rápido de repente, pero me gusta...

...

Pronto llegamos al destino, el cuál era un lugar super aleatorio de comida, nada extravagante, pero ciertamente era hermoso.

—Tengo semanas queriendo venir aquí —comentó Olivia.

Todos se estaban bajando del auto menos Ian y yo que seguíamos en aquella burbuja, nuevamente esa sensación extraña. 

Bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora