❝ Capítulo XX ❞

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Hôtel de Beauvais
Un mes atrás.
24 de abril, 1791.

Los Jacobinos se habían reunido como siempre y por supuesto que los templarios no se quedaban atrás en cuántos a infiltrarse para la ocasión. La noche cálida se abría pasado en el hermoso lugar donde Germain se reunía de vez en cuando con sus camaradas, está vez no me fue posible, pero mando a su quería Marie junto con Le Peletier para no perderse nada de las nuevas noticias.

—Entonces, ¿qué piensas hacer con esa Americana?

—Germain quiere que la casé con mi león, pero me encargaré de que eso no pase. me encargaré de ella mucho antes de que se pueda hacer la bida— la mujer rubia caminó con él a un lugar apartado.

—¿Cómo piensas hacerlo?— el hombre tomó una copa de vino y se llevó a la boca el líquido carmín.

—Aún no tengo nada planeado, pero pronto encontraré la forma— asintió, acomodando sus guantes blancos.

—Quizás pueda ayudarte— la voz de una fémina llamó la atención de los dos templarios, la vieron acercarse a los desde una ventana.

—¿Tú quién eres?— Le Peletier se alarmó al ver que llevaba una hoja oculta, pero al verla tan tranquila bajo la guardia.

—No sabrán mi nombre, pero yo sé los suyos, Louis-Michel y Marie Lévesque— los ojos claros de la castaña fueron hacia ambos sujetos. —Creanme, queremos lo mismo.

—¿Y que podría querer una asesina?— Marie caminó, rodando cerca de Mirelle.

—Sé que Germain quiere a la señorita De La Serre y a ese asesino, Arno Dorian muertos— hizo una pausa viendo a la mujer que caminaba a su alrededor, Le Peletier no se quedó atrás. —Y sé que usted quiere a esa Americana, así que, puedo entregárselos.

—¿Así? Y, ¿Cómo?

—Sí atacamos a la hija de Françoise, tendremos al tonto enamorado y sí tenemos al idiota, aparecerá la mestiza.

—¿Y cómo sabes eso?— Le Peletier se acomodó contra una de las paredes, dando un sorbo a su copa.

—He estado analizado a esa chica durante dos semanas, sí Germain quiere al Dorian, necesitará a Elise y sí usted quiere a la Americana, necesitará al Dorian.

—¿Y, por qué confiaríamos en tí?

—¿Quieren a la mestiza o no?— cuestiono mirándolos. Marie la observaba en silencio mientras pensab en esta posibilidad, Le Peletier tomaba de su copa.

Assassin's Creed: revolución Donde viven las historias. Descúbrelo ahora