❝ Capítulo XXI ❞

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0.21:

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『  🌼  』

Café Théâtre, Paris.
11.57 pm.

Charlotte vió entrar a Arno junto con Elise, ambos sostenían a Elizabeth quien parecía estar aturdida por algo que ella no sabía. Se aletero de sobremanera cuando vio algunas heridas en su rostro y brazos, fue está la razón por la cual se acercó rápidamente.

—¿Qué ha pasado? chérie, ¿tu m'entends?¹—  sostuvo su rostro notando su mirada perdida.

—Oui— susurró en respuesta.

—Rapido, llevenla arriba— ordenó. Arno cargo a la joven en sus brazos, era la forma más rápida de llevarla a la habitación del primer piso. Agradeció que la clientela no estuviera a estar horas de la noche.

—Elise, ve por el botiquín, está en la sala del intendente— señaló con su cabeza a lo que la templaria se apresuró en correr por el pasillo.

Se apresuró en llegar al vestíbulo dónde se encontraban las escaleras, pero al hacerlo se encontró con el grupo de tres que caminaban por el pasillo para volver a sus casas. Había estado haciendo informes y aceptando misiones en la hermandad bajó el enorme café y ya llegaba la hora de irse. La primera en reaccionar fue Zoélia, que literalmente corrió hacia su amiga herida.

—¿Qué le pasó?

—Mirelle, ella nos metió en una gran trampa, tenía a Arno y a Elise encerrados desde hace tres días— la voz de Lizzy se oyó casi tan leve como la brisa en verano.

—Por dios, esa maldita loca— Veronique se quejó.

—Es la hija de Bellec, prendió fuego la casa— nuevamente comentó, le costó hablar pero aún así intento hacer lo mejor para dar información.

—Guarda silencio— Arno la miró subiendo las escaleras de mármol con rapidez, el grupo se quedó atónito mientras veían al francés subir.

—¿La hija de Bellec?— Caroline las miró aterrada.

—Sabia que tenía algo raro, ella quería los papeles para que no lo supieramos— La voz de Zoélia se volvió alterada, mientras que Veronique fruncia el ceño,  apretando el papel que tenía en sus manos.

oh, il a rencontré son père²— la rubia no dudo ni un segundo en darse vuelta y correr hacia la entrada escondida de la hermandad, Caroline la siguió tan rápido como pudo.

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