❝ Capítulo XVII ❞

143 13 13
                                    

0.17:

『  🌼   』

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

『  🌼   』

Luego de aquel pequeño e incómodo momento en dónde sus amigas se habrían enterado de su pequeña declaración extraña, no pudo evitar sembrar la duda entre ellas. El grupo en general estaba bajando por el pasillo que daba al concejo, mientras parecían mirarla con sorpresa, y ¿Cómo no? Les estaba diciendo que se había declarado pero a la vez no.

—No entiendo.

—Tampoco lo entiendo, Zoé— Veronique levantó una de sus cejas.

—Indirectamente, me declaré, directamente, no.

—¿Y él no dudo ni siquiera un segundo?— Caroline levantó su dedo con brusquedad, haciendo su voz más gruesa cuando menciono aquello. 

—No.

—¿Es idiota?— Veronique la observó. —¿Acaso no se puede dar cuenta de algo tan obvio?

—Aparentemente, no— Lizzy volvió a repetir.

—No me sorprende viniendo de él. — la rubio negó, pasando su mano levemente por sus cabellos.

—Sacando otro tema, ¿Cómo vas con Stefano?— los ojos de aquella hermosa pelirroja la vieron, el rostro de su amiga parecía de preocupación.

—Bien, aún que sea templario y ya sepa que soy una asesina— caminó. Le dió unos minutos darse cuenta de que estaba caminando sola, para cuando miró hacia atrás, se encontró con sus amigas congeladas.

Sí, esto se esperaba.

—¿Templario?

—¿Sabe que eres asesina?

—¿No te quiere muerta?

Las tres preguntaron casi al mismo tiempo, y eso generó que la Americana soltará una pequeña risa ante su actitud. Suspiró profundamente mientras se cruzaba de brazos y trataba de buscar las palabras que usaría, ls encontró luego de estar pensandolas por unos segundos.

—Stefano me protege de los otros templarios, de hecho, está contra Germain.

—¿Un templario contra su Maestre? Realmente impresionante— Veronique levantó sus cejas antes de codear a su compañera castaña, Caroline aún comía el pastel.

—Dios santo, ¿Podrías limpiarte? Pareces niñita.

—Zoélia, solo tienes celos porque tú no estás comiendo un pastel— la señaló caminando de espaldas, fue allí cuando las dos mujeres cambiaron su rostro intentando advertirle algo. —¿Qué?

Assassin's Creed: revolución Donde viven las historias. Descúbrelo ahora