Capítulo 7.

2.1K 225 4
                                    

"No es de extrañar que ningún hombre en la ciudad te haya desafiado ni encontrado."

—Honeymoon, Lana Del Rey

Florencia había hecho una rabieta cuando su hermana se negó a ir a hablar con su —temporalmente ex— pareja para conseguirle un trabajo a Juliana.

Decidió ignorarla hasta que finalmente accediera a su berrinche de hermana menor, pero por amor a Cristo, Flor empezaba a hartarse de que la mayor fuera tan mimada y terca.

Culpaba a sus alfas por eso.

Pero ver los ojos llenos de ilusión con los que Juliana la había mirado durante un mes, cada que preguntaba por su trabajo, terminaron por ablandar su corazón y derretir su orgullo.

Lexa Woods era, por decir poco, la alfa más molesta que Florencia había conocido. Tal vez el puesto en general era ocupado por Valentina, pero a ella le tenía cariño porque elegía los flanes de su cafetería por sobre la de los Woods.

Toni decía que era un pecado ser tan agradable y tierna, que su aura juvenil y femenina era una tentación para cualquier omega, pero Toni había dicho lo mismo sobre su hermana y las otras parejas que había tenido antes de Cheryl. Nadie nunca le creía, ni siquiera Jazmín, pero detestaba la forma en que Lexa encontraba diversión molestándola para después hacerse la santa.

—Entonces... ¿Quieres que le dé trabajo a una omega que no conozco? —Preguntó Lexa recargada en el mostrador con un brazo.

—Ajá, es justo lo que quiero.

—¿Embarazada?

—Sí.

—¿De apenas dieciocho años?

—Bueno, sí.

Lexa se rio echando su cabeza hacia atrás.

—Y que vive con Valentina. Florencia, siempre me has parecido alguien con un tornillo flojo por ahí dentro de tu linda cabecita. —Flor frunció el ceño y se rascó el pelo. —Pero ¿me estás bromeando? Aprecio mi vida como para tener tan cerca a la omega de Valentina.

—¡Que no es su omega, cabeza de chorlito!

—¿Entonces por qué está embarazada y vive con ella? —Espetó desinteresada introduciendo a su boca una nuez del puñado que tenía en mano. Flor calló al no poder rebelar algo ajeno a ella. —Además dijiste que Raven se negó a venir a verme. ¿Por qué crees que fue eso?

—Porque le gusta molestarme, concéntrate y deja de pensar en mi hermana.

—Porque Raven es muy celosa de las omegas embarazadas alrededor mío. —Corrigió y Florencia la miró con las cejas alzadas, como esperando a que fuera una broma. —¡Hablo en serio! Tu hermana en serio es una omega muy consentida.

—Dímelo a mí... —murmuró desesperada. —Pero es tú culpa, no la de Juliana. Vamos, vine personalmente Woods, deja de hacer las cosas tan complicadas.

—Estoy intentando reestablecer mi relación con Raven, en serio no quiero problemas por sus celos. ¡Apenas ayer aceptó a ir a tomar un helado! Flor, me costó un mes.

—Raven no conoce a Juliana. —Aclaró la omega. —Dile que la contrataste porque vino a pedirte trabajo y que no tenías idea. No te puede culpar por darle trabajo a una desamparada chica embarazada.

—¿Y de qué va a trabajar? ¡Espera! Lo más importante es ¿por qué no viene ella a buscar el empleo?

—¡Ha estado buscando otros trabajos! Pero todos la rechazan. Si viniera a ti una omega embarazada de dieciocho años ¿le darías trabajo?

Kerosene |JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora