Kerosene |Juliantina

Capítulo 14.

"Lloré en su hombro porque la vida es dura. Los recuerdos llegaron a mi cabeza. ¿Qué has estado haciendo, mi bebé?"

—How To Disappear, Lana Del Rey

Lexa solía ser una persona insegura y con el autoestima baja en secundaria, y algo dentro de ella sentía que aquella niña acosada por sus compañeras por no ser lo suficientemente ruda para ser una alfa seguía moribunda en alguna parte de su interior. Siempre había sido una persona delgada, y era la estudiante perfecta que cumplía religiosamente con las tareas y contaba con el aprecio de los profesores. Sus lentes de botella y frenillos posiblemente no ayudaban a darle esa seguridad que una alfa debería tener.

Nadie decía nada si las demás alfas se acercaban para robar su tarea o dinero, pues no estaba en desventaja como lo estaría una omega o incluso una beta, y era más fácil para los maestros ignorar situaciones que pudieran ensuciar el nombre de su institución.

Sus amigas eran las hijas de los amigos de sus padres, así que nunca realmente sintió la necesidad de conseguir relaciones con mérito propio, aunque no le importaba demasiado. Por un lado, estaban Flor y Toni, quienes desde pequeñas habían sido unos torbellinos imparables. A Cheryl y Jazmín, sus actuales parejas, las conoció cuando las ahora omegas ingresaron a secundaria y se revelaron a la edad de quince años.

Después estaba la idiota de Valentina, con quien sus padres quisieron emparejarla una vez a la edad de diez años. Ella recuerda que fue a modo de broma, pero tal fue el hostigamiento de los adultos y la mirada de rabia de Valentina por estar siendo objetos de burlas con la poca paciencia que se cargaba desde pequeña, que su mirada y las risas de todos alrededor la hicieron llorar y arruinaron su preciada décima fiesta de cumpleaños.

Todos juraron después de ese día que la pequeña y adorable Lexa sería una hermosa omega, con carácter fuerte como Toni, como decía su padre, pero al fin y al cabo omega era la única etiqueta reservada para ella. No culpaba demasiado a sus padres, pues tal vez el prejuicio de la sociedad al ser una pareja beta y omega los había llevado a pensar que su genética nunca sería fuerte. Ella de todos modos nunca se avergonzaría de la naturaleza de sus padres.

Por último, estaba Raven en su lista de recuerdos. Esta última era la hermana mayor de Flor y había sido una alumna ejemplar y deportista nata desde la primaria, recuerda haber asistido los domingos a sus carreras de atletismo o competencias de natación como parte de una invitación del señor hacia su padre. Todos jurarían que la hija mayor de la respetable y amable familia sería una alfa fuerte y con un futuro brillante para el mundo del deporte; y oh, su Raven en serio pudo haberlo sido de no ser por la injusta sociedad que no permitía que los equipos de omegas ascendieran a ligas mayores en ningún ámbito.

Por eso cuando Raven se reveló como una omega todos estaban sorprendidos, todos menos ella. Era una persona que se adaptaba con facilidad a los cambios y amaba eso de ella. Aún puede escuchar los gritos de la señora L cuando se enteró que ella y Toni habían empezado a salir formando una extraña relación entre omegas que las condujo a ser las mejores amigas durante un tiempo, antes de que eventualmente terminaran y encontraran a sus parejas reales.

Empezó como un pequeño enamoramiento platónico por la mayor de su grupo de amigas, después como una admiración y necesidad de estar con ella en todo momento. Nadie tampoco se había imaginado que Lexa sería una alfa, así que aquello era un tema en común que en su momento supo explotar con Raven. Le encantaba la madurez y la manera positiva en la que veía las cosas. Pronto descubrió que la conexión formada entre ellas era algo más que una relación con una amiga, y estuvo tan contenta como un perrito que mueve su cola cuando la mayor le prometió que en un futuro, después de que terminara su escuela y estuviera fuera de sus mejores años adolescentes, saldrían y podrían intentarlo.