Un líder que quiere mantener su hogar a salvo, un amor peligroso, una guerra de dos bandos, una eterna rivalidad y ¿una traición?
¿Podrá un sentimiento tan bonito causar una catástrofe total?
El líder de espectro se encontraba saliendo de su trabajo mientras se pasaba la mano por su cabeza, esto debido a que ese día que había terminado fue muy traginado para él, lo único que quería era llegar a su casa y descansar de esa ardua jornada, entró a su auto y justo antes de arrancar vio una cartera junto a una carta que curiosamente estaba dirigida para él, se fijó en varios detalles y vio que era de Marigold, la carta era una invitación, por lo que la abrió y leyó brevemente...
"Querido Midas... Cordialmente quiero invitarte a ti y a tu familia a el evento de conmemoración de la memoria de mi padre, ex soldado que dio su vida por la independencia del país, cada año mi familia, conocidos y yo hacemos dicho evento para honrar su memoria y recaudar fondos, agradecemos tu asistencia"
PD: Enserio me haría muy feliz que vinieras, te espero con ansias, siempre tuya...
Mari.
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Al ver esa parte de la carta, la cual estaba escrita con bolígrafo, sintió una felicidad dentro de sí, al notar que su cartera se había quedado en su auto, no dudó en pasar por su casa para entregársela, ya que esta la había dejado el día anterior sin darse cuenta y ese mismo día no pudo presentarse al trabajo por el evento ya mencionado. Mientras conducía a la casa de la mujer, notó como un vehículo venia siguiéndolo por varios minutos, por lo que se alertó e intentó perderlo fallando en el intento, así que lo que hizo fue acelerar, pero de nada le sirvió ya que todavía venía tras de el, por lo que tomó una calle poca concurrida, paró su auto y se bajó con tal de confrontar al conductor de dicho vehículo, se dirigía confiadamente pero su paso se vio interrumpido cuando del vehículo descendió el jefe de Sombra, por lo que se alertó al instante e iba a sacar su arma pero de manera sorpresiva el de traje negro venía en "paz".
-Que mierda quieres...
-Ey... Ey, amigo, baja el arma, tranquilo solo vengo a platicar
-No somos amigos y yo no tengo nada que ver contigo
-Al parecer una persona no puede acercarse al señor Midas porque este no puede aceptar una simple charla
-Charla?... Ja... Después de toda la mierda que has hecho y deshecho, ¿esperas que me acerque a ti como si nada?
-No quiero unas disculpas, solo quiero hablar con mi buen amigo Midas
-Vuelveme a llamar amigo y te agujereo la frente
-Está bien, no es para tanto, solo hablaremos un rato y me iré
-¿Y acaso crees que te voy a dejar ir tan fácil?
-Justo esperaba que dijeras eso, ¿vez ese parque lleno de niños allá al fondo?
-Sí
-Pues si te vas, digamos que... Boom
-No eres capaz...
-Retame entonces, baja el arma y escucha lo que te diré o sino esos niños van a estar decorando la calle
-Lentamente bajó su arma mientras intentaba controlar la impotencia que sentía en ese momento- Habla, y que sea rápido
-Midas, Midas, Midas... Nuestro querido Midas, siempre tan... Servicial y bueno, un hombre dedicado a su trabajo, y con una familia aunque incompleta, feliz, pero también es un hombre con secretos, esas manitas pueden decir mucho ¿no crees?, también que su carrera como líder de espectro no es taaaan limpia que digamos, hubo sus lados oscuros y decidieron dejarlo bajo el tapete, a lo que quiero llegar es que o entregas las armas o tu agencia se hunde con la información que he conseguido, tan solo es difundirla
-¿Eso es todo?, ¿Difamarme y ya?, que bajo eres Caos
-Por suerte y por ahora sí, me encuentro trabajando en asuntos más importantes y no quiero perder más tiempo, felicidades por salvar a los niños... Ah y por cierto, se me olvidaba, esa tal Marigold y tu hacen bonita pareja, ¿no crees?, pero será mejor que saquez a una mujer tan hermosa como ella o no querras que le pase lo mismo que le pasó a Abi, o tu la sacas del juego o lo haré yo, y creo que no te gustarán mis métodos, sin mas, me voy, buen día gran lider... -Dijo antes de subirse a su auto e irse-
Dicha frase hizo que el lider Espectro se asustura por el bienestar de la mujer, rápidamente se subió a su vehículo y condujo hasta su casa para asegurarse de que estuviera bien, llegó rápidamente debido a la carrera, estaba enfrente de su puerta pero justo antes de tocar se detuvo y recordó aquello que le dijo, por lo qlie volvió aquel miedo que lo había atormentado por años, solo que ahora la diferencia era que temía por la vida de Marigold, por lo que con dolor en su corazón este se alejó de la puerta y dejó la carta y su cartera en el buzón para que ella lo encontrará, sin dudas Caos cada vez lograba atár más de manos a Midas, había logrado meterse con todo lo que más quería su amada, su familia y ahora su agencia, no sabía cómo detenerlo y esto solamente era el principio del sádico juego que Caos estaba formando, pero volviendo a nuestro protagonista, este por más que le doliera tomó una decisión en ese momento, decisión que le dolería pero que era capaz de soportar con tal de que el bienestar de Marigold no se viera afectado, la amaba tanto que era capaz de alejarse con tal de no afectarla, una vez decidido, arrancó su auto para dirigirse a su hogar.
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Llegó a su casa bastante decaído, algo que se notaba fácilmente y algo de que sus dos hijos se habían percatado.
-Eemm... Oye papá, ¿estás bien? -Dijo la de trenzas-
-Sí... Solo un poco cansado, me duele la cabeza y solo quiero acostarme
-¿Seguro?, es que llegaste como si volvieras de un funeral
-Jules solamente estoy cansado, es todo, además, mañana es sabado, ya tomé la decisión que dormiré hasta tarde para poder tener un buen sueño
-Ay papá, sabes que si pasa algo me puedes contar
-Y te lo agradezco hija, con todo mi corazón pero estoy bien, tranquila solo es cansancio
-Suspiró- Está bien, cambiando el tema, ¿que vamos a comer?
-Pidan algo por domicilio en mi maletín esta mi billetera, no coman nada tan pesado...
Dijo para después encerrarse en su cuarto y quedarse allí el resto de la noche, a pesar de que quería dormir ese estrés lo abrumaba y le arrevataba el sueño, solo veía el techo mientras que en su mano sostenía el sobre de la carta que Marigold con tanto cariño le había escrito, sin darse cuenta algunas lágrimas se escaparon de sus ojos, para después caer profundamente en sueño y consumar aquel exhaustivo día.
