Capitulo 24 - Parasito

35 6 5
                                    

Ambos azabaches se encontraban en su sitio laboral de trabajo, mientras que ella trabajaba normalmente, el por su parte solamente miraba cada uno de sus gestos con detenimiento al punto de casi analizarlos, cabe recalcar que había un ambiente algo incomodo por lo de la última vez, aunque el mayor no le quería dar mucha vuelta al asunto siempre se terminaba haciendo la misma pregunta...

"Y si la hubiera besado, como estaríamos?"


Con un poco de desilusión dejó que su mirada se perdiera, dejando de lado el hecho de que estaba en el trabajo, solo pensaba en aquel momento y de lo...

-Oye Midas, ¿estas bien?

...bueno me interrumpieron, dejemos que hablen.

-¿Huh?, dijiste algo Mari

-Que si estas bien

-Sí, estoy bien, ¿por qué lo dices?

-Porque entraste a la oficina, me diste los archivos y te quedaste ahí parado mirando la nada, con cara de preocupación, y por eso te pregunto que si estas bien

-Te voy a ser sincero Mari, he estado pensando mucho lo que pasó en el hospital

-Lo se, lo que le hizo ese energúmeno de Caos a tu hijo no tiene nombre

-Sí no tiene nombre, y de hecho estoy muy preocupado por el a pesar de que ya pasó, pero, no es eso lo que me da vueltas, sino es lo otro, lo que pasó entre nosotros

-Oh... -sintió cómo su corazón se aceleraba-

-Es que no se como decirte que desde aquel momento, no has salido de mi cabeza, literalmente no hay momento del día en el que no piense en ti

-Midas yo... Te mentiría si te dijera que no me siento igual, también estoy así desde ese día, y también del día de la lluvia, esos dos momentos se han quedado conmigo, puedo decir que los atesoré, porque son especiales

-Se acercó a ella pero mantuvo un poco de distancia para mantener la prudencia- ¿De verdad piensas eso?

-Te lo prometo, eres especial Midas, te... -cambió una palabra de lo que originalmente iba a decir- Te quiero

-Yo más

-Me llena de vida que lo digas, ¿Te puedo abrazar?

-Claro, ven aquí...

Dijo de manera tierna para después agarrarla con bastante mesura, rodeando su espalda con sus brazos y arrimandola más hacia el para sentirla mas cerca de él, duraron así unos cuantos segundos, lentamente se miraron fijamente y se separaron pero sin dejar de estar cerca el y sin dejar de mirarse, de un momento a otro el mayor lentamente acercó su rostro al de ella mientras que tenía sus ojos cerrados, juntaron ambas frentes haciendo que la distancia entre ambos sea nula.

-Dime que quieres hacer...

-Quiero besarte Mari -con cuidado agarró su cuello para acercarla-

La mujer se mostraba algo indiferente a la situación, pero por no querer decepcionar o herir al de tatuajes solo se dejó llevar, por un pequeño instante recordó todos aquellos momentos que un bastardo le había hecho pasar y que ese tipo de situaciones le hacían recordar eso gracias a esa inseguridad. El de tatuajes estaba a milímetros de besarla pero sólo alcanzó a medio tocar sus labios cuando...

WARLOVE | FortniteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora