Silencio

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-Violacion
-Omegaverse
-Dragon se coge a Luffy pero nunca es mencionado realmente.
-Ignorancia
-Abuso


"La sangre no es la representación del amor, el amor es la representación de la familia"

Las ásperas manos recorren su pálido pecho, el aliento choca contra su cuello, sus dientes blancos pulcro muerden con más fuerza la mordaza que le fue impuesta, el agarre es fuerte y doloroso, sus lágrimas resbalan como corriente de río, grandes, fuertes y feroces, está asustado, pero por más que suplique él no sé detiene.

Quiere volver al pasado y evitar su propio nacimiento, las marcas de su cuello son grotescas y feas, los golpes por resistirse le hacen factura y él parece disfrutar de ver como se retuerce en dolor cuando aprieta sus heridas.

Eran familia, pero para él era un pasa tiempo.

"las sonrisas del sol bajo la luz de la luna"

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"las sonrisas del sol bajo la luz de la luna"

Monkey D Luffy, un chico reconocido en su preparatoria por su personalidad carismática y alegre, siempre esta para sus amigos y cuándo puede ayudar a quienes cree que valen la pena lo hace. También es conocido por tener una pandilla que le patea el trasero a los patanes fuera de la escuela ganándose mala fama en la comisaría por esto.

El chico casi siempre está sonriendo y gritando, sobre todo comiendo, con sus jóvenes 14 años y su proximidad a la universidad no tiene idea de que hacer con su vida pero realmente no le importa.

-Trabajare en algo divertido, no iré a la universidad- suele responder cuando le preguntan que iba estudiar en su universidad.

En si, el chico era pequeño, pelo azul oscuro, ojos tan negros como el cielo sin luna pero brillante como estrellas, tés morena, delgado y de ojos grandes, faciones infantiles como su nariz de botón, y sobre todo un omega, solía llevar un collar rojo con un dije en forma de calavera sonriente con un sombrero de paja.

En pocas palabras era un adolescente ignorante y alegre, con dos hermanos, uno de sangre y otro adoptado, y aunque su abuelo desaparecía hasta por años no le importaba mucho.

Si, Luffy era un chico totalmente libre.
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Una gran sonrisa se posa en su rostro, tan enorme que parece apunto de acalambrarse la cara, está lleno de alivio y tranquilidad, hoy no había nadie, ninguna persona visitaría su cuarto y lo atormentaria por horas. Aún si sabe que probablemente no pueda dormir bien de todas formas, su cuerpo parece haber perdido un peso de encima.

Acostado en su cama observa el techo, una lagartija se camufla en el, es lo único interesante que podría verse pero el niño lo mira como si fuera el mejor entretenimiento que existe.

La lengua roja y rebaladiza moja su entrada, sus gemidos asustados y ahogados son suaves, al contrario sus piernas se retuercen y tratan de golpear al hombre sobre él, su piel sangra por los golpes y mordiscos, el asco lo inunda, el hedor de su aroma llena el cuarto, un olor antes libertino y delicioso ahora agrio y aterrorizado, su Omega chilla buscando la protección de algún alfa, los dedos grandes y largos se adentra con fuerza y su cuerpo se crispa de dolor, los movimientos desiguales y poco cuidadosos, siente su trasero arder y sus caderas mover en contra de su voluntad, q̶u̶i̶e̶r̶e̶ ̶v̶o̶m̶i̶t̶a̶r̶.

¡𝓤𝓷 𝓣𝓻𝓪𝓰𝓸 𝓟𝓪𝓻𝓪 𝓥𝓲𝓿𝓲𝓻!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora