Mareas Solitarias

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-au normal
-luffy niño
-no ship
-antes de la llegada de Shanks

"Ay" un suave quejido infantil sale de la pequeña boca del niño

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"Ay" un suave quejido infantil sale de la pequeña boca del niño.

"Mho Luffy, debes tener más cuidado al jugar, siempre estás lleno de heridas". La voz de una joven peli negra apenas es audible entre los hombres borrachos que beben celebrando nada, probablemente ninguno tenía una familia con la que pasar ese día en específico.

"¡Shishi está bien Makino no me duele!" Luffy era un niño risueño que vivía en una pequeña casa solitaria, en la que solo estaba para dormir, e incluso varias veces pasó la noche en el bar de Makino.

"De todos modos ¿Cómo te lastimas tanto?" La pregunta suena un poco demandante pero no agresiva e intimidante, la entonación hecha para mostrar que no quería una respuesta terriblemente peligrosa.

"Me caigo jugando con los demás niños" La respuesta hace temblar su sonrisa levemente con nervios, no es exactamente una mentira pero tampoco es la verdad, Makino no cuestiona más, Luffy siempre respondía cosas así cada que le preguntaba que hacía cuándo no estaba bajo su vigilancia.

Ella suspira e invita al pequeño a comer en su bar, para sorpresa del niño le entrega un pastel y un delicioso almuerzo, cantándole suavemente su cumpleaños, los adultos al notarlo se unen en un canto desafinado y ruidoso, haciendo reír al niño que feliz aplaude viendo la vela del número cuatro deslumbrar en sus ojos, la canción acaba y las fauces de su joven boca sopla aire levemente apagando la bella llama que se sacudía con ferocidad lista para quemar todo a su paso.

Afuera del bar se podían oír los niños y la música en todo su esplendor, la gente riendo y gritando emocionadas dejando a sus hijos disfrutar de aquel soleado día.

"Feliz cumpleaños Luffy"

Sinceramente a Luffy no le gusta su cumpleaños, cada que recibía una pequeña torta y solo Makino le cantaba se daba cuenta de lo solo que estaba, en lo más profundo de él sabía que esos hombres solo cantaban por diversión y probablemente no recordarían haberle cantado al sonriente niño de Garp, solo estaban siguiendole la corriente a la bella camarera.

Su cumpleaños no era nada especial, era un día donde todos los niños celebraron, él no era el centro de atención, no recibía regalos y no hacían una fiesta específicamente para él, hacía algo que todos hacia, comía un poco de dulces y tendría un pequeño detalle de Makino.

Era algo triste porque la única que lo felicitaba era ella, aunque sinceramente no quería las felicitaciones de los otros niños de la villa.

Su cuerpo delgado y débil cae al piso haciendo que polvo salga de la tierra, sus codos se raspan y sale un poco de sangre de ellos, sus ojos grandes y negros asustados miran hacia arriba al grupo de niños, se siente pequeño e intimidado, tenía que...

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Su cuerpo delgado y débil cae al piso haciendo que polvo salga de la tierra, sus codos se raspan y sale un poco de sangre de ellos, sus ojos grandes y negros asustados miran hacia arriba al grupo de niños, se siente pequeño e intimidado, tenía que alzar su cabeza para ver a los niños que lo molestaban, pisoteandolo y haciendo que se arrastre por el suelo para recordarle su lugar.

Los insultos a su debilidad se aferraban a su mente, el insesante recordatorio de no tener a nadie a su lado para proteger o lo proteja, era juzgado como un bicho raro, un monstruo extraño.

Los niños no lo querían, siempre lo golpeaban y le decían cosas feas, odiaba aquello, el solo quería poder tener amigos, alguien con quien compartir de su tiempo y sus gustos.

Quería sentir los brazos de alguien que no fuera Makino, que le asegure que estarían juntos por siempre y escucharía sus berrinches y alegrias al igual que él haría, pero, no era así, sus lágrimas caen y su garganta suelta quejidos entre sollozos, formulando palabras extrañas que rogaban para que dejarán de pisarlo, su cuerpo dolía y cada impacto parecía peor que el anterior.

Más tarde ese día vuelve al bar, una vez mas rapado y con moretones.

Makino lo sienta en la barra y lo mira con desaprobación.

"Luffy, ¿Es enserio?, Te he dicho que tengas cuidado al jugar"

"Shishishi, ¡perdón Makino estaban jugando al balón!" El pensamiento de que el balón era él quedó guardado en lo profundo de su mente.

"¿Como te lastimas tanto?" La pregunta es un poco seria pero juguetona, no habían malas intenciones, solo hacia una convivencia más sana entre los dos.

"¡Me cai!" Luffy grita entre sonrisas, aunque tiemblan levemente al recordar que calló al piso luego de que le metieran el pie en frente cuando el corría bajando una de las colinas. "Voy a ir a la playa. Regresaré mañana para el desayuno" Luffy avisa cuando la mujer se aparta luego de poner una curita en su nariz.

Los pies calzado por un par de chanclas de paja suenan en cada pequeño pero veloz paso que da el pequeño hiperactivo hasta llegar al muelle donde baja unas escaleras de madera y baja hacia la arena corriendo sobre esta con más tranquilidad, incluso si ahora es más complicado porque sus pies se entierran en cada paso.

Poco a poco se va alejando del puerto de la aldea llegando a una zona solitaria de la orilla del mar, el silencio era domado por las olas chocando con la isla, mojando a su placer las rocas y la arena, mojando sus diminutos pies con agua fría y refrescante, poco a poco disminuye la velocidad hasta detenerse, su respiración acelerada denota el dolor en su pecho y el mareo que hace palpitar levemente su cabeza por esforzarse tanto en correr largas distancias sin descanso y sin bajar mucho la velocidad.

Se lanza boca arriba a la arena y toma bocanadas de aire mirando el cielo.

Su cabello se ensucia de arena y el sudor se seca con la suave brisa que transmite el océano, llenando de aire puro y salado sus pulmones refrescando su cuerpo.

El área es llenada solo por ruidos naturales y su respiración, el bello cielo azul comenzaba a tornarse naranja y el frío aumentaba lentamente, el mar se calmaba cada vez y las hojas del bosque que se ubica detrás suyo se sacuden un poco más.

No hay voces, solo está él y el silencio.

Solo acompañado del canto de la naturaleza que busca calmar su solitario corazón infantil.

Nadie quiere estar con él, solo el aire, el mar y las plantas.

Pronto el mar lo odiaría por el demonio que consumiría su interior..

Esta solo.

Una actualización después de tanto tiempo, no es gran cosa pero algo es algo

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Una actualización después de tanto tiempo, no es gran cosa pero algo es algo.

1082 palabras

¡𝓤𝓷 𝓣𝓻𝓪𝓰𝓸 𝓟𝓪𝓻𝓪 𝓥𝓲𝓿𝓲𝓻!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora