Huir e intentar

68 4 0
                                    

Quería gritar, correr, huir de todo.
Manejábamos por la carretera y sentía que me ahogaba. Tenía que salir de aquí. Alcé la mirada y lo observé a él.

- Para - le dije. - Para. Para. - repetí, pero él no lograba escucharme. - ¡PARA!

Atónito ante mi grito, él me regresó la mirada. No sé cómo debía de lucir, cómo me vio; pero él sabía que debía detenerse y así lo hizo.

Cambió de carril y se apegó a la derecha deteniendo el carro. Apenas lo hizo, abrí la puerta y me di a la fuga.

Corría y corría.

Quería deshacerme de esto, de esta sensación de agobio.

Corrí y corrí, bajé el muro de piedra y corrí hacia la playa.  Cuando llegué a la parte baja, me quité los zapatos dejándome sentir la arena bajo mis pies. Disminuí mis pasos y me dejé adentrar de a pocos en el mar.

El agua estaba tan fría como a punto de congelarme hasta el último pelo; pero eso no importaba. Solo quería sumergirme y no salir de allí. Jamás.

El agua me arrastraba al fondo con él y sentí cómo todo se alejaba de mí.

Mis ojos cerrados, mi oxígeno agotado, caí dentro de un sueño nebuloso.

- ¡Acuario! - oí un susurro lejano. - ¡Acuario! - seguía. - No. No. No. - podía escucharlo cada vez más cerca. - Quédate. Por favor, quédate. ¡Acuario! - le oí gritar.

Tosí, escupí toda la presión que sentía en mi pecho y jadeé intentando recuperar el aire. De pronto, me sentí envuelta en sus brazos.

- Luchemos juntos, por favor. Estoy contigo en esto. Luchemos juntos.

Lloraba desconsoladamente y yo me vi inundada entre lágrimas, también.

Asentí.

Sabía que debía aceptar su ayuda, que él jamás me dejaría sola y que debía seguir intentándolo. Pero no sola. Sino con él.

HISTORIAS DE ACUARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora