Acuario (M) & Virgo (M)

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Mafalda y Susanita

Y así terminamos peleando. Ella se levantó del asiento y sin mirar hacia atrás, sin mirarme, se fue dejando un portazo detrás de ella. Y yo me quedé ahí estática, con la mirada gacha pero con el orgullo bien puesto. Ninguna de las dos tenía planeado ceder primero. Casi siempre teníamos problemas al ponernos de acuerdo y esta vez era una de ellas.

Todo se remonta después de la semana más dura que hemos tenido en nuestras vidas. Sobrevivimos a trabajos y exposiciones acumulados a última hora; y allí estábamos las dos reunidas para celebrar que acabamos el ciclo exitosamente, pero nunca imaginamos que terminaríamos peleando por algo realmente tonto y que para mí no tenía sentido.

- Me gustaría escribir un libro – me dijo ella y levanté mi mirada del tazón lleno de papitas que tenía en mis manos. – Es algo que siempre he querido hacer.

- ¡Oh! Interesante – pronuncié. - ¿Y tienes algún borrador? o ¿es solo un proyecto?

- No tengo nada, aún. Es que no sé de qué escribir.

- Mmm... ¿de qué quieres escribir?

- Sobre mi vida, quizás. Sería una forma de desahogarme.

- ¿Has pensado escribir sobre la vida en la universidad? – propuse. – Después de todo, lo que pasamos allí es toda una Odisea.

La idea pareció gustarle, puesto que de pronto una sonrisa de oreja a oreja tiró de sus finos labios. De inmediato corrimos a mi habitación en busca de mi laptop. Comenzamos el bosquejo de la historia con algunos datos sobre nuestra amistad. En marzo del 2015, ella y yo, nos conocemos en la clase de francés dictada por una de las profesoras más lindas que he conocido en mi vida; una mujer en sus 50 años cuyo cabello grisáceo hacia acto de presencia, pero cuya alma es la de una joven entusiasta. Y así seguimos cronológicamente hasta llegar a nuestra primera pelea.

"Fue a finales de ciclo", insistió ella. Pero yo decía que fue después de parciales y así estuvimos sin ponernos de acuerdo... y lo mejor, era dejar que doña terquedad tuviera "la razón" aunque no fuese así. Decidimos continuar escribiendo y pelear menos... lo intentamos, lo juro.

Y así llegamos al inicio de todo esto. Ya estábamos bastantes piconas, era la décima vez en todo el día que no concordábamos en algo. Se levantó y se fue dejando escuchar el golpe de la puerta en toda la habitación; le siguieron sus pasos en las escaleras; y por último, otro portazo tras salir de mi casa. El año 2017 es el año de más peleas en mi vida.

Somos muy diferentes, nuestras distintas personalidades chocaban y mucho; sin embargo, de alguna manera u otra, hacíamos a un lado nuestras diferencias y tratábamos de hallar una manera de solucionarlos. Pero... tal parece que también tenemos un límite.

Después de cenar el rico lomo saltado junto a mi madre que recién llegaba del trabajo, subí a mi habitación a cambiar mi ropa por mi pijama. Allí, sobre mi almohada, una luz turquesa – señal de que había recibido un mensaje – destellaba en la parte superior de mi celular. Lo tomé y desbloqueé la pantalla.

"Perdón", leí y esbocé una sonrisa. Tal como Mafalda y Susanita. 

 

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