Entre el amor y la lealtad - Katarina x Lux (LoL)

Capítulo 2 - Consejo y sabios en Demacia

Lo que sería un viaje de una hora y algunos minutos extras se tornó en un viaje de tres horas. La pelinegra se sentía exhausta, la rodilla le dolía demasiado, entorpeciendo su encabalgamiento, incluso llegó a considerar que la tenía entumecida; y, por si no era suficiente, el -princeso- que carga detrás es muy pesado y retrasa todo todavía más.

Finalmente arribó al puerto más cercano, aún de noche y con bastante tiempo disponible aún para escapar, en lo que amanecía. Se dispuso a revisar navío por navío el más conveniente. Uno que fuera lo suficientemente pequeño para no llamar la atención y pasar desapercibido, pero no tan pequeño como para ser destruido y derribado por una tormenta, y, por último, uno que tuviera un camarote decente. Aunque, con pesar, el último punto le decía que de mucho no le serviría pues viajaría sola. Sería un viaje corto, tardaría aproximadamente un día en llegar, tal vez menos si corría con suerte.

Eligió la ruta más pequeña y conveniente, rodear demacia por la parte inferior, por la costa que queda ciertamente algo cercana a Piltover-Zaun para llegar a Noxus por el mismo lado en que salió. La ruta alterna habría sido el Freljord, no obstante, las condiciones en que viajaba probablemente le jugarían en su contra, pues además de tener que rodear mucho más territorio, lo que la haría tardar al menos tres días más, tendría que hacer paradas por combustible y no contaba con prendas necesarias como para soportar el clima del lugar. Una vez encontró el navío perfecto, vació todo el cargamento que traía consigo en su caballo, el cadáver pesado y maloliente amarrado como tamal incluido. Al tener todo listo, le desenganchó una patada en un muslo al caballo para que saliera corriendo despavorido del lugar y no evidenciara más el medio para el escape del crimen.

Katarina soltó el amarre del barco y levó el ancla del pequeño navío. Salió tan rápido como pudo del muelle con cierta incertidumbre sobre si alguien le había visto o no. Ya que se encontraba lo suficientemente alejada del reino, se descubrió la cara para navegar más cómodamente, y mil variantes sobre su regreso le llenaban la mente, ¿cómo entraría y llegaría hasta la capital sin un caballo o, sin siquiera una yegua? ¿cómo cargaría el cuerpo? La mujer se encontraba increíblemente fatigada, por lo que no quería acabar con la poca energía que le quedaba con situaciones mínimas que después podría resolver...

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     POV Lux 

Despertó a muchas cuestas, y por más que lo intentó, la fuerte e incansable brisa que ingresaba a su habitación por medio de su balcón y la luz del sol que radiaba más y más en cuestión de segundos, imposibilitaban por completo su deseo. Recordó que algo le hacía falta, más bien, alguien, que claramente no se encontraba en la habitación. Se estiró para luego levantarse a revisar su baño, queriendo creer que, a quien buscaba se encontraba allí, dentro. No, tampoco estaba ahí. Regresó y se quedó parada junto a su cama, su mesa de noche, que generalmente estaba vacía, tenía un libro encima, lo cual, la extraño por completo, revisándolo de inmediato.

Se trataba de un libro bastante pesado, de color verde bosque con bordes dorados, que por título llevaba "muerte en el maná". Abrió la primera página con una pequeña nota que envolvía una daga, una de las dagas de la persona a quien buscaba.

-"Necesitas aprender a administrar mejor tu maná, Lucecita. Volveremos a vernos pronto, cuida de mi daga como si tu vida dependiera de ello:)."

Pd: revisa tu clóset, literalmente.

-La única noxiana que soportas.

Se preguntaba que más le habría dejado aquella chica, por lo que, de inmediato hizo caso a la nota. En cuanto abrió su armario, encontró que le faltaba su traje imperial, mismo que vestía la pelinegra el día anterior; en su lugar encontró una chaqueta roja oscura con detalles negros y unas botas de combate también negras. Sin darse cuenta, miraba la chaqueta curiosa y sonriendo genuinamente por el detalle. Procuró esconderlas al fondo del mismo, en dado caso de que alguien esculcara sus cosas y encontrara todo aquello.