Narrado por Amaltea
Primero de septiembre, un día muy esperado para muchos, y sobretodo para los alumnos de nuevo ingreso. Aún recordaba cuando fui seleccionada a Gryffindor, juraba ver a mamá llorar, pero no sé si era de la risa o de tristeza, aunque es más probable que haya sido la primera, después de todo estoy completamente segura de que papá en algún punto apostó porque terminaría en Slytherin o Ravenclaw cómo mamá, pero...nada me hace más feliz que estar en Gryffindor al igual que el tío Sirius.
Hablando del tío Sirius, creo que es el momento perfecto para decírselo a mamá, después de todo es familia ¿No? Aunque aveces me pongo a pensar ¿Cómo un hombre quien jugaba conmigo y con Nelly pudo acabar en Azkaban?
Escuché a mamá gritar en la planta de abajo, algo que hizo que inmediatamente bajará a la planta baja, dónde suponía todos debían estar ya.
Cuando llegue a la cocina pude observar a un hombre, el cual estaba siendo abrazado por mamá. El hombre se veía...rayos, realmente estaba mal. Estaba tan delgado que podrías ver sus costillas, en la cara se le notaban los pómulos y tenía unas grandes ojeras. Su cabello estaba largo pero no demasiado como para decir que parecía "el principe valiente" de los cuentos muggles que Xenophillus nos leía y mamá actuaba. Eso siempre hacía mi día mejor.
—Podria jurar que estoy viendo a papá...—dije llamando la atención de todos los presentes pero sobretodo de el—Pero podría apostar lo que sea a qué el era más guapo.
—¡Oye! Yo era y sigo siendo más guapo que Regulus, solo que, digamos que estar en Azkaban no es del todo bueno con la apariencia.
—Es un gusto verte tío Sirius—dije mientras lo miraba, quien abrió sus brazos para un abrazo.
No quería ser maleducada y tampoco es que no quisiera abrazar al tío Sirius, pero...no me gustaría saber a qué huele.
Así que rápidamente me acerque a el abrazandolo por el torso, ya que era obvia la diferencia de altura. Para mí sorpresa no olía a lo que se podría llamar "mal" si no que podia percibir un aroma a ¿Uvas?
—Es bueno verte pequeña Black—me separé de él con una sonrisa. Xenophillus se encontraba abrazando a mamá, quien tenía una sonrisa en su rostro—¿Dónde se encuentra el pequeño Evans y Harry?
—Harry fue dejado con Petunia, la hermana de Harry, pero Eros va a visitarlo dos días a la semana. Y Eros está afuera con Luna. Antes de ir a Hogwarts les gusta recolectar las flores más bonitas que hay—respondio mamá.
—Recolectan las más bonitas porque cuando envían una carta, ya sea para mamá, para el tío Remus o para Xeno, siempre llevan ese detalle. Es fácil de reconocer. A Lunita le gustan los tulipanes, a Eros las rosas, Nelly adora los girasoles y yo las orquídeas. Incluso Harry, el ama las gardenias.
—Es bueno saberlo. Gracias pequeña Black.
—Amaltea, cariño ¿Por qué no vas y ves si Eros y Luna ya terminaron de recolectar?—pregunto Xenophillus mirándome.
Y ahí es donde entendí. Tenían temas de adultos que hablar.
—Claro. —respondi, dirigiendome hacía el patio trasero, pero antes de salir pude escuchar a mamá decir "¿Supiste lo de Potter?"
