Enemys to Lovers // Saga Enemies (1er Libro) (Completo ✅)

CAPÍTULO 11

Abro los ojos y veo el techo de una habitación desconocida para mí.

¿Dónde estoy?

¿Qué pasó anoche?

Me esfuerzo por recordar sin apartar la vista de la lámpara de telaraña que cuelga de ese techo que cada vez me resulta más familiar.

A ver...

Ayer fue mi cumpleaños...

¡Es verdad ya lo recuerdo!

¡Estoy en el club de campo!

¿Pero qué hago en una habitación?

A ver...

Ayer llegué a la fiesta y como Amy e Irina estaban super pesadas con Cooper, como ya va siendo de costumbre, pues decidí irme un poco a mi aire, aprovechando que vi a Jack por ahí cerca, lo cual ellas no se tomaron muy bien, ¿por qué? Bueno... Jack fue el chico con el que dejé de ser boque. Un chico muy guapo, con mucho estilo y un pendiente que le queda genial, igual que la sonrisa que tiene, nos liamos un par de veces, pero no acababamos de cuajar, ¿sabes?

En fin... me fui con él y estábamos bailando amigablemente cuando...

¡ah!

Me incorporo de sopetón y miro a un lado mío.

Está...

Vacío...

¿Qué?

P-pero... ¿Liam me ha usado y se ha ido o qué?

¡Agh! ¡Ese pedazo de HIJO DE LA GRAN PUTA!

¡LO SABÍA, LO SABÍA!

¡NO TENDRÍA QUE HABER CONFIADO EN ÉL!

Ayer bien decía que me amaba...

¿Tan poco significa eso para él?

¡Os juro que en cuanto lo vuelva a ver voy a cortarle los cojones!

Voy... voy a...

- Por fin te despiertas, ya estaba yo pensando en si seguir llamándote Lizzy o pasar a Bella Durmiente, ayer te tuve que dejar bien cansada, ¿no? -oigo la voz burlona de Liam.

Me giro en su dirección, sale del cuarto de baño que viene con la suite en la que estoy ahora mismo.

Está totalmente desnudo sin contar con una toalla que tiene atada alrededor de la cintura, dejando ver ese cuerpo suyo de escultura griega, con tremendos abdominales, pectorales y bíceps.

Bueno... hasta aquí llego mi vida.

Esto es demasiado para mi cabeza recién despertada.

- ¿Qué pasa? ¿Babeando por mí ya desde por la mañana? -dice, se acerca a mí y me pasa la mano por el mentón, primero acariciándomelo para después cogerme de este y acercarme la cara a la suya, plantándome un beso corto pero totalmente intenso.

Ayer era menos arrogante, de eso sí que me acuerdo.

Luego del beso, se acerca a una silla donde ha quedado nuestra ropa al final y comienza a vestirse de espaldas a mí, dándome unas muy buenas vistas de su espalda ancha y trabajada y de tremendo...

- Estás poco habladora por las mañanas, normalmente ya me habrían caído como cinco insultos, ¿es solo hoy o siempre es así a esta hora? -bromea, cuando acaba d ponerse los pantalones, girándose hacia mí.

- Eh... -me ha dejado sin habla, no te lo voy a negar, y eso que sepa que muy pocas personas lo consiguen. -Yo... -por suerte no tardo mucho más en reaccionar. -, pues que sepas que por lo general me despierto más tarde, osea, ¿Qué hora es? ¿las once? ¿las doce?