¡Muto y Sanzu están tan sorprendidos!
Viviendo pequeños y grandes momentos durante toda la travesía de conocer a una nueva personita.
¡Su bebé!
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11/24/2022: 1°...
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El único día que Takeomi voluntariamente visitó a su hermano en estado de gestación todo fue tan raro ante sus ojos.
Si bien llegó a la inmensa casa con la compañía de su hijo y pareja, se quedó solo con su hermano un par de horas debido a que su cuñado y los demás salieron a hacer quién sabe qué.
Fue incómodo.
Haruchiyo en ese momento estaba pasando por su segundo trimestre, específicamente la semana 20.
El ambiente al principio fue terrible, ninguno sabía cómo dirigirse al otro ni qué podrían hacer como complemento para la rutina de actividades que le adaptaron al menor en sus clases de yoga.
El hermano mayor se llevó un susto tremendo mientras terminaba de preparar el biberón de su bebé y al voltear se encontró con su hermano en completo silencio mirándolo de una forma extraña.
"¿Va a matarme?"
Dejó el biberón de lado, manteniendo la compostura mientras su expresión facial volvía a cambiar.
— Takeomi, ayuda.
— ¿Ahora qué?
— De mi pecho está saliendo leche y no entiendo la razón.
El pelilargo de cabello negro suspiró— Qué bueno, tómala y crece un poco.
Lo dejó con la palabra en la boca, agitando la botellita en su mano hasta dejarla en la nevera y volver a la sala, regresando para jalar la mano del menor y darle un lugar en el sofá. Se veían tan extraño todo quieto en medio de la cocina sin que ni un solo cabello se le moviera.
Ahí notó la palidez que tomó lugar en el rostro ajeno.
Acarició la mejilla de su hermano menor, encontrando tan adorable que estuviera asustado por algo que tarde o temprano tendría que pasar.
— Está bien, lo que dije fue algo estúpido, ¿Qué pasa?
— ¿Por qué me sale leche del pecho? Sé que me dijeron que en algún punto sería normal pero... ¿Por qué?
"Mocoso mal agradecido, desperdiciando comida y aún ni naces, no quiero pensar cómo serás de grande, te las verás con tu papá, conmigo no, me caes mal"
Takeomi se tomó la molestia de servir un vaso de leche de almendras y una taza de café antes de regresar a sentarse con su hermano, reprimiendo las ganas de fumar por la ansiedad que le producía verse en esa situación.
Cuando estuvo en la "dulce espera" huyó de tantos temas que se sentía perdido ahora que alguien más le pedía ayuda, ni siquiera a Senju le respondía las preguntas aleatorias que le hacía y eso que por encima de mil cosas, era a ella a quien prefería.
Su hijo nunca estuvo entre sus planes y todavía lo lamenta.
— Yo... Bueno...
El sonrojo llegó al rostro y cuello del mayor, visiblemente avergonzado por no tener respuesta.
