•Sanders Sides• [-One-Shots-]

•Cortos de terror•

“Deep inside the hole of my soul my sadness is lying, and I weep alone.”

.• — •.

—Voz—

Cada mañana, antes de salir al trabajo, Logan se prepara dándose un baño y acomodando su corbata alrededor de su cuello frente al espejo.

Por mientras escucha allá abajo, en el primer piso, una voz diciéndole era hora de desayunar.

Nada nuevo.

Lo extraño es que Logan vive solo, y todavía no sabe quién o qué lo llama cada mañana.

—Hermano—

– Buenas noches, Remus –. Patton acarició el ondulado cabello de su pequeño –. Recuerda proteger a tu hermano, le teme a la oscuridad

Remus miró hacia abajo, ya que ambos duermen en una litera, cuando su padre acomodó mejor al más joven, luego tragando saliva y devolviéndose a su posición posterior, clavando la mirada al techo.

Las luces se apagaron. Remus podía sentir los ojos celestes de Roman sobre su espalda.

Patton continúa creyendo Roman sigue vivo.

—Observado—

Janus despertó a mitad de la noche con la sensación de estar siendo observado, y era cierto. Virgil, su compañero de cuarto, asomaba la cabeza desde la cama de arriba, viéndole fijo.

– ¿Virgil? –. Murmuró, pasando las palmas de sus manos sobre sus ojos para así quitarse el sueño

– ¡Estoy en el baño!

Huh. Janus miró hacia donde se supone debería estar la cabeza de Virgil, pero no vio nada. Probablemente fue su imaginación.

Pasaron unos dos minutos y la puerta del cuarto se abrió, iluminando gran parte del lugar y alertando a Janus.

– ¿Virgil? ¿no estabas en el baño?

– ¿No? Acabo de salir del trabajo

—Perro—

Patton perdió a su mascota recientemente, un pequeño perrito que lo ha acompañado por años.

Su muerte lo afectó demasiado, y cuando lo vio allí, en el bosque frente a su casa, ladrando y alentándolo a seguirlo, no sintió más que pavor.

¿Cómo podría seguirlo?

Cada noche ve la silueta de su perrito contra la pared de su habitación gracias al destello de la luna llena.

Sabe no es él. Los perros no pueden tocar ventanas como lo haría un humano.

Tock tock tock.

Eso ahí afuera no es su perro.

—Figura—

Roman está paralizado, puede ver el rostro de alguien asomándose por su ventana.

No se movía, simplemente miraba.

Roman apretó las llaves de su casa. No puede mover un músculo del miedo, y la figura lo sabe, por eso sonríe ampliamente.

Esa figura ahí dentro imitó el sonido de sus llaves abriendo la puerta.

– ¡Roman, llegaste! –. Exclamó Virgil, su pareja

—No te muevas—

"Si das un paso más, morirás."

Acaba de llegar del trabajo, sus ojos posándose sobre todos esos desconocidos en su casa, uno de ellos con los dedos sobre el botón que apagaría la única luz restante en toda la casa.

"No importa lo que oigas, no te muevas."

Esos fueron dos de los mensajes que recibió de su esposo, Remus, que ahora se oía gritar allá en el sótano.

No podía soportarlo. El amor de su vida está en peligro y él aquí perdiendo tiempo jugando a congelados con estos sujetos que nunca alejaban sus ojos de él, esperando algún movimiento.

Fue suficiente tortura, Logan corrió hacia la puerta del sótano, la casa quedando en completa oscuridad con el celular de Logan vibrando sobre la mesa al llegar un nuevo mensaje.

"Eso que oyes no soy yo."

—Amigo imaginario—

– ¿Podré seguir jugando con Janus mañana? –. Thomas se alistó sobre su cama, abrazando un peluche

– ¡Claro, cariño! –. Su madre sonrió

Ella supuso se trataba de un amigo imaginario, ya sabes, los niños pequeños suelen tener ese tipo de cosas.

– ¡Dile buenas noches, está ahí, mirándote!

– ¿Ahí dónde?

– ¡En el armario!

Se volteó.

Efectivamente, hay una persona ahí, viéndola desde dentro del armario.

—Reflejo—

– ¿Por qué rompiste todos tus espejos, Janus? –. Remus tuvo que preguntar tan sólo viendo los restos puntiagudos en el basurero

– Ví mi muerte en mi reflejo…

Remus rió. Janus siempre decía tantas cosas raras.

– ¿Entonces no tienes con qué abrir las botellas de cerveza que conseguí para compartir hoy?

Remus miró su reflejo en la botella. Allí notó su muerte. Janus le disparaba en la cabeza.

– Mi reflejo dijo ibas a matarme, Remus…

Lentamente levantó la mirada, Janus temblaba en su lugar, apuntándole con un arma.

– No puedo permitir eso pase…

– Ya veo

Remus dejó la botella sobre la mesa, viendo a su viejo amigo todavía temblando de pies a cabeza.

– Me descubriste, Janus

Un disparo fue lo último que se escuchó aquella tarde.