•Sanders Sides• [-One-Shots-]

•Él Volvió• (2) [Deceit/Remus]

– ¡no me quiero ir, déjame en paz!

Remus luchó, y sí que lo hizo, por liberarse de los fuertes brazos de Deceit. No quería ni pensaba alejarse de su familia. Si debía morder lo haría, si patear era necesario no dudaría en hacerlo.

Haber destruido a Romulus no causó problemas, pensar en alejarlos sí lo hizo.

Roman lloró en brazos de Patton, no podía hacer nada más que observar a su destrozado hermano morder una de las manos de su nuevo cuidador, Deceit ya harto del escándalo cargó en brazos a la segunda creatividad antes de salir corriendo, dejando atrás a los tres aspectos positivos.

– lo lamento, Ro-Ro, era necesario…

Abrazando a Patton guió su atención a Lógica, éste le devolvió la mirada, una mirada fría, estricta. Manos detrás de su espalda, pose digna de envidiar, atuendo perfecto y cero remordimiento hacia lo ocurrido.

Tener a Roman aquí significa que Thomas no pondrá atención a sus tareas, pensará en tontear o dibujar en vez de un futuro estable. De repente siente irritación hacia el infante. Romulus era una catástrofe, Roman será igual.

– no te preocupes, Logan y yo te cuidaremos muy bien, te lo prometo…

Remus despertó por tercera vez en toda la noche y observó su habitación, pósters de Disney en las paredes, muñecos de felpa aquí y allá, fotos mostrando días alegres que no volverá a presenciar.

¿Qué está haciendo aquí…?

“Prometo que te cuidaré, Remus”

Sigue pensando en esa frase, Deceit es reconocido por mentir demasiado, nunca le ha mentido si no es jugueteando y debe admitir que no ha roto su promesa. Su infancia junto a él fue interesante. Se pregunta cómo la habrá pasado Roman, ¿tal vez se olvidó de él cuando fueron separados?

Levantándose medio dormido pensó en romper todo al carajo, destrozó los pósters, mordió cualquier muñeco al punto que eran irreconocibles, las fotos, esas malditas fotos. Sin dilación partió cada recuerdo a la mitad. Le importaba menos si era Deceit, Virgil, su hermano.

Quería olvidarlo todo, en lo posible que se olviden que existe.

– ¿Remus? –. Deceit lucía asombrado – ¿acaso un tornado pasó por tu habitación?

– déjame en paz…

Aquí vamos de nuevo. Deceit entró a la habitación viendo fotos destrozadas por toda la alfombra, ni hablar de los muñecos y pósters. Mantuvo la boca cerrada, se arrodilló detrás del tembloroso duque y, lentamente, lo rodeó con sus brazos, dejando que el silencio los consumiera.

Remus tembló más, un pequeño sollozo escapando de sus labios partidos.

¿Qué está haciendo aquí…?

La mañana es preciosa en el lado del príncipe, hablando de él los estaba saludando junto a Patton, ambos sentados sobre una bella manta rojiza siendo rodeados por bellas flores blancas.

Deceit chequeó el ánimo en su amigo, anoche no fue la mejor noche en el mundo — fue tan terrible que Remus durmió junto a él, las lágrimas no le daban escapatoria — y teme estar forzándolo a socializar no estando bien al cien porciento.

– ¿cómo están, chicos? –. Patton tan brillante como siempre

– podríamos estar mejor –. Deceit tragó el nudo en su garganta, evitando mirar el rostro preocupado de Roman