Lazo - H.A #8

3. ¿Qué te gusta de mí?

No había nada mejor que el frío que sentía en su espalda o los apretones leves en sus omoplatos. Abrió sus ojos poco a poco, su entorno era diferente al de la última vez que estuvieron abiertos.

Entendió dónde estaba con sólo notar la cortina azul delante de él.

—Has más presión, si se queja es bueno. —La voz de una mujer le hizo fruncir el ceño, mientras un jadeo adolorido salió de sus labios al sentir presión en su espalda. Quiso llorar, dolía; pero al mismo tiempo era refrescante—. Se despertó —volvió a decir la mujer y esta vez observó como la enfermera se agachada y le sonreía levemente—. Gun soy Jennie, tu compañero te trajo y necesito que no te nuevas mucho.

—¿Co-compañero?

—Sí, Off me está ayudando a bajar la inflamación de los golpes. Tienes tu espalda lastimada, tu cabeza tiene solo un golpe pequeño. Tus oídos recibieron más daño pero están bien.

La caricia en su mejilla lo calmó, la enfermera era una beta de treinta y dos años que atendía cualquier problema en los alumnos. De hecho ella era la única que sabía que era Omega, después de llegar, una vez, corriendo para pedirle supresores para su celo.

—Aquí, intenta apretar solo un poco.

La presión cambió, arriba, sobre su cadera, el frío se apoderó de esa zona, al mismo tiempo que los dedos tocaron su piel.

—Bien, esa zona pierde el color rojo y eso es bueno. Deberías de venir más seguido para ayudar.

—No, gracias. Yo solo quiero ayudar a Gun.

—¿Es tu pareja o algo así? ¿Eres consciente de que un alfa no puede tener hijos con un beta?

Hubo un silencio, uno donde Gun se quedó intrigado y quieto, queriendo saber la respuesta. Uno durante el cual la presión cambió, y el toque de las manos apareció en su espalda baja.

—No es mi pareja, pero eso no significa que no lo quiera para que lo sea. Es una decisión que él debe tomar. Ahora no me importa si se puedo o no tener familia.

Las lágrimas bajaron y en ese momento prefirió irse. No tardó en moverse, se sentó bajando su camisa y tomando su suéter, que estaba en la silla, para ponérselo.

Sólo con la mirada de Off puesta en él y la enfermera sorprendida.

—Gun aún no-

—Déjame.

Se soltó de su agarre, se bajó y tomó su mochila para irse. Sabía bien que la hora de clases había terminado, en el reloj de su muñeca le dio la razón.

Hizo un ruido bajo, le seguía doliendo la espalda; pero no podía volver, no cuando Off estaba ahí.

¿Cómo podía decir que no le importaba no tener una familia? ¿Por qué desechaba la idea solo por él? no. Seguro era la confusión del momento, algo dicho solo por el sentimiento que creía tener.

—Tu no entiendes, solo soy un Omega. Un omega puro no puede darte ningún cachorrito, ni siquiera creo que te llegue a gustar mi aroma. —Susurró.

No se sentía bien.

¿Cómo explicar esa tristeza que tu lobo tiene al saber que no sirve como Omega? ¿Cómo poder siquiera respirar si no eres útil? no puedes darle a tu alfa lo que quiere y a tu familia lo que necesite.

—Inútil... solo un inútil Omega. —Se odiaba a sí mismo.

Deshonró a sus padres presentándose como es, y para colmo debía trabajar en secreto para reponer las cosas que siempre eran arruinadas.

—¡Gun! ¡Espera!

Pretendió no escuchar, no quiso esperar, continuó caminando. Las lágrimas en sus mejillas no eran algo lindo de apreciar.

—Gun por favor. —El café llegó hasta su nariz, cuando su mano fue tomada—. No quise decir nada malo. Escúchame, por favor.

—No es necesario. No quiero nada, no deseo pareja. No necesito de nadie. Yo solo puedo.

—Gun, aunque seas un beta. Me vas a seguir gustando. Que un alfa y un beta no puedan tener hijos eso no impide que sea feliz.

—Yo no podré darte una familia nunca. —Se soltó, convivir algunos días con el alfa había sido lo mejor que le ocurrió en la vida. Recibir abrazos y reír a su lado fue divertido, aunque ocultó las muecas de dolor y los gritos de ayuda que quería soltar, pero se había acabado.

—Gun me gustas por tu actitud, por ser lindo y mucho más tierno que el resto. Me gustas porque tú no deseas y aceptas las cosas fácilmente. Tu sabes en que momento tomarlas.

—Aunque te guste no podré ser nada tuyo.

—Gunnie, ¿yo te gusto?

Dejó de pensar... por un segundo su mundo estuvo vacío y el ruido desapareció.

¿Le gustaba? ¿La mandíbula perfecta y piel suave, los labios delgados y lunar en su nariz, le gustaban? ¿El cabello sedoso bajo sus manos, cuando bajo el árbol del campus se permitían juguetear, le gustaba? ¿Le gustaba el aroma que desprendía? la respuesta era fácil. Decirlo, no tanto.

—Lo entiendo, no sirve si solo yo gusto de un chico bonito. No hay problema, sé que probablemente no quieras a ningún alfa cerca; pero yo no planeó humillarte, tampoco golpearte o jugar contigo. Yo solo deseo conocerte.

—No puedes. Nadie puede, nadie deja de verme con asco. Ninguno puede tan solo mantenerme la mirada porque el odio aparece. Yo no lo entiendo. Solo quiero tener amigos y divertirme, pero... —Comenzó a temblar—. S-se vuelve complicado.

Sollozó, sus manos pequeñas apretaron sus párpados cerrados y su boca hizo ruido junto a su respiración agitada. No esperaba que un par de brazos lo tomaran y apretaran contra un pecho firme.

—Si vas a llorar, yo seré el hombro sobre el que lo hagas. Si vas a reír, disfrutaré de tu risa. Si tienes miedo, seré tu escudo y ante los problemas tu defensor. De este modo te declaro, y te pido permiso para cortejarte como se debe. —Su corazón sensible volvió a su ritmo acelerado, su lobito se levantó contento y de algún modo esas palabras lograron causar algo más que impresión—. ¿Puedo cortejarte como un buen alfa?, tendrás la atención y amor que yo te ofrezca.

—Off...

—Dame la oportunidad, de demostrarte que deseo algo más que solo un nosotros.

Entendió que para el amor no había barreras y si estas no existían no se podía evitar perderse entre las llamas de la pasión.

"Desea una familia... tal vez la Luna te escuche."

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ