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Observándose entre sí, Yoohyeon contuvo las ganas de darle un abrazo. Y a pesar de que quiso comportarse indiferente, no pudo de estúpida, solo ejerció una mueca de dolor con el rostro. Siyeon, en cambio, apenas abrió la boca, no podía controlar su asombro.

"¿Qué... Qué haces aquí?" Levantó las cejas, aún sin creerlo.

"Quiero que hablemos, y me gustaría que sea a solas, por favor." Dijo, fijándose en Bora, quien mantenía la cabeza gacha a un costado.

Siyeon se aguantó la risa.

"Bora se queda, Yoohyeon, no es necesario que..."

"No, de acuerdo, entiendo, además, estoy llegando tarde a trabajar, ya es hora de irme... Hablen tranquilas." Se adelantó, intentando parecer lo más comprensiva posible.

Al llegar a la puerta, Siyeon no la dejó continuar, la retuvo del brazo, susurrándole al oído: "espérame en el auto, déjame llevarte, cariño." Acto seguido, pasó un dedo por su labio inferior, sonriendo traviesa. SuA tembló bajo suyo, negando.

"Mi ropa y mi celular..."

"Shh, ahí te los alcanzo, tú espérame, ¿sí?"

Bora le hizo caso... Acabó por esperar en el coche.

Yoohyeon se paró.

"¿Y? ¿Son pareja?" El tono arrogante que utilizó se notó a kilómetros.

"No, y tampoco planeo eso." Respondió inexpresiva, apoyándose en el marco de la puerta.

"Oh, perfecto, juegas con ella." Carcajeó burlona.

"Por Dios Santo, Yoohyeon. Jugamos juntas, ¿bien? Está de acuerdo con esta mierda que creamos, así que mejor no te metas, no eres mi niñera."

Yoohyeon parpadeó anonadada. Escondió las manos detrás de su espalda. Vil repugnante. Muriendo por dentro de la frustración, odió a Siyeon por un puto instante porque ni siquiera estaba siendo conciente de la porquería que decía. Tarada, tarada, tarada.

"¿Te la follas? ¡Eh! ¿Ese es tu maldito juego?" Escupió. "¿Qué diablos pasa contigo? ¿Que no puedes tener una relación seria, estable o qué carajos? Me das asco, Siyeon."

"¡Eres un chiste, Kim! ¿Y a ti? ¡Qué mierda te importa! ¡Vamos! ¿Te doy asco porque tengo una vida sexualmente activa, porque no quiero compromiso con nadie? ¿Por esa semejante babosada te causo asco, disgusto? ¡Responde, maldición!" Clamó, apuntando con el dedo. "Porque si ese es el pensamiento estúpido que tienes, si es así, vete al mismísimo infierno, al diablo, lo que sea, vete, por dónde viniste, ¡no me interesa, Yoohyeon!"

"No es recomendable." Apretó los puños. "Ambas terminarán sufriendo. Comprende. Relaciones como esas no sirven, Lee."

"Mejor dicho, tú no sirves, tus palabras son dañinas, son..." La voz se le cortó. Pequeñas lágrimas brotando de sus heridos ojos.

"Solías decirme que te ayudaban... ¿Mhm? ¿Me mentiste? ¿Me mentiste, Singnie?"

Con la mirada perdida, Yoohyeon se ahogó en su propio llanto. Enseguida, Siyeon le siguió el paso.

"B-basta..." Vaciló. "No, no me llames así, te lo prohíbo, yo..."

"¿Sabes algo...? Nunca entendí por qué te alejaste, por qué no quisiste que te ayudara a sobrellevar la muerte de tus padres o por qué preferiste la soledad absoluta antes de estar conmigo, antes de destruir nuestra amistad, antes de matarme con tu frialdad, con tu orgullo... ¿Por qué...?" Alzó los hombros, buscando algún tipo de explicación.

"Yoohyeon..."

"Te necesité, Siyeon, necesitaba de ti, y tú no estabas ahí, no estabas... Mamá y Dami preguntaban por ti, vivían preguntando por ti, papá falleció en un accidente automovilístico, la banda se disolvió, no di para más, pensé en rendirme en varias ocasiones, también pregunté por ti, le preguntaba a la luna por ti, Siyeon... ¿Dónde estabas, Siyeon? ¿Dónde fuiste, Siyeon? ¿Dónde te metiste...?"

Oscilando, Siyeon corrió desesperada a sus brazos. Yoohyeon la recibió con gusto. Sintió el verdadero pánico cuando le acarició el cabello.

"Perdóname, no..."

"Silencio, silencio..."

Luego de unos minutos, Yoohyeon se marchó.

Ahora Siyeon buscaba las pertenencias de Bora, ordenándolas dentro de su bolso.

"¿Bora?" Cuestionó, sentándose a su lado.

Abrazada a sí misma, SuA permaneció dormida con la frente pegada al vidrio y pidiendo "prestada" la gorra de Siyeon en la cabeza.

"Dear..." Murmuró, frotando lento su nariz en su mejilla. "Despierta, despierta... Sé que tardé, pero levántate. Hey."

"¿Hmmm?" Soñolienta, se quitó la gorra.

"Quedatela, te ves hermosa."

Riendo ruborizada, expresó: "mmm, no me mires y conduce."

"¡Lo que usted diga, señorita mía!"

Y vaya, Yoohyeon tenía razón, Bora le dolería el alma: un montón.

Sí.

[...]








































The Gray Life [suayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora