"FINAL ALTERNATIVO"

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A CONTINUACIÓN...

Desesperada, Bora detuvo a Siyeon de continuar caminando/trotando con las pocas fuerzas que, por suerte, aún conservaba. La alta negó con la cabeza. Ella podía. Podía soportar el dolor de pecho. La falta de oxígeno... Pero ¿hasta cuánto? ¿Hasta cuánto tiempo? ¿Hasta cuánto tiempo aguantaría? Sin lastimar a su novia, cayó de rodillas al suelo. Lo único que llegaba a percibir era el suave tacto de Bora en su cabello lacio. Su llamado bajo apenas lo escuchaba. Bajando de la espalda débil de Siyeon, Bora tomó sus manos. Frías. No daban más de congeladas. Sollozó en ellas. Solo se oía su llanto adolorido en la carretera desierta.

"Bora... No vas a perderme..." La voz destrozada de Siyeon la hizo levantar la mirada triste. "Y-yo..." Su habla depresiva fue interrumpida por los labios recesos de su novia. Fue un beso lento, un roce de película romántica francesa, en donde los protagonistas se despiden, una despedida horripilante, dolorosa.

"Te amo..." Siyeon sintió una punzada difícil de aguantar en el fondo de su corazón. El susurro de Bora la llevó a pensar que ese sería el último "te amo" que ella le expresaría con tanto cariño, como siempre hizo.

"Te amo, mi bonita..." Sus ojos llorosos le dieron enseguida la pauta a Bora que estaba igual o tal vez hasta más destruida que ella. La castaña acomodó cuidadosa la cabeza de su novia en su pecho. En eso, las manos de Siyeon la envolvieron fuerte de la cintura.

"Siyeon. Siyeon..." Bora la llamó. No hubo respuesta alguna. Pegó un grito desgarrador cuando no oyó los latidos de Siyeon. "¡Siyeon, no, por favor...!"

Y fue en ese pequeño instante al observar la camioneta estacionada. Una figura esbelta salió de inmediato de esta.

"Bora."

"Yoohyeon."

[...]

Ya en el hospital, Yoohyeon no supo qué decir cuando ambas tomaron asiento en la famosa sala de espera. Bora jugó nerviosa con sus dedos. Ninguna fue valiente para mirarse a los ojos, aunque sea, por unos segundos.

"¡Amor!"

Al pararse, los brazos de Minji le ofrecieron un abrazo grande. Bora también se paró, con la única diferencia que se dio vuelta, comprimió las lágrimas, y acabó por comenzar una caminata tranquila. Recién permaneció parada de nuevo cuando encontró una máquina de café. 

"Parece que en tu vida usaste una de estas." Minji rio entre dientes. La castaña supuso que, en cierto punto, Minji tenía toda la razón del mundo, hace días que no veía el sol, días sin tomar café, sin nada, pero... No pasó tanto tiempo. ¿Por qué se le olvidó a hacer algo tan común? ¿Tan cotidiano? Hasta sus manos temblaban ante el contacto del metal con su palma llena de pequeñas cortadas. No volviendo a abrir la boca, Minji se quedó observando como llenaba su vasito de telgopor con capuchino.

"¿Quieres uno también...?" La chica asintió en silencio. "¿Cómo es que ustedes nos encontraron? ¿Cómo sabían de todo este embrollo? Minji, yo..."

"¿Sabes una cosa, SuA? A pesar de todas las lágrimas que derramé a escondidas de mi esposa, en un punto bastante grande de mi cabeza sabía que tú no estabas muerta, era como una seguridad para mí, pero a veces eso se me iba de las manos, se destruía porque... Mi mejor amiga no regresaba a como los días pasaban tristes ante mis ojos rojos de la impotencia, de lo mal que me sentía porque no estabas conmigo, porque no presenciaste mi boda, porque todavía no conociste a mi hijo, Bora, por Dios, te lloré, maldita sea..."

Un abrazo. Un abrazo que podría durar, prácticamente, toda la vida si no hubiera sido porque Yoohyeon las llamó para que fueran con ella a la habitación de Siyeon.

The Gray Life [suayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora