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Queriendo, agendó el número de la mesera. Y enseguida, mientras tomaba ese capuchino amargo sentada en uno de los bancos de la plaza, envió el siguiente mensaje: "hey, ¿qué tal el trabajo? ¿Ya terminaste tu turno? Lo siento. Soy Siyeon... La chica de recién. Espero no molestar..."

"¿Molestar? Para nada. De hecho, salí hace unos minutos..."

Siyeon ladeó la cabeza, pensando en qué responder.

"Salgamos, vamos a vernos." Contestó, tirando el vaso de cartón a la basura.

"Oh. ¿Ahora? ¿No te parece un poco tarde?"

Jugó con sus dedos. Otro mensaje apareció en la pantalla.

"Además, hoy hiciste más de tres shows, Siyeon, ¿acaso no tienes sueño? ¿No te sientes cansada?"

"De acuerdo, de acuerdo... Nos vemos en otra ocasión, entonces."

La chica le dio una respuesta. Siyeon la ignoró. Estaba a punto de guardarlo (el teléfono) cuando este empezó a sonar de la nada. Frunció el ceño... ¿Número privado? ¿Quién diablos podría ser? Atendió... Nunca imaginó tener que correr en busca de Yoohyeon. Bora fue quien la llamó... Su voz adolorida y desesperada rompió su corazón, sus malditos tímpanos.

"¡¿Qué carajos se supone que haces!?"

Yoohyeon botaba sangre de la boca. Seung de la nariz. La gente del lugar enloqueció.

"¡Detente ahí, imbécil! Te acercas, y Dios, juro que hay para ti también."

"Tú no me mandas, infeliz..." Murmuró de mala gana, mirando más de cerca el fatal estado de su mejor amiga. "¡Otra vez! Te hice una estúpida pregunta. Habla, retrasado. ¿Qué le hiciste? ¿Estás demente? ¡¿Te volviste loco!? ¡Eh!"

Minji se agachó, entrelazó el brazo de Yoohyeon con el suyo, quedando justo a su lado. "Rápido, Yoohyeon, levántate, Yoo, por favor..."

"Duele, duele demasiado..." Como pudo, se aferró al cuerpo de Minji. "Maldición... Creo que me quebró una costilla..." Susurró contra su oído.

"Ven, te llevaré a casa, ¿sí?" JiU la levantó.

"No, no puedo dejar a Siyeon sola, no..."

"Shh, escucha, Siyeon no lo está, Yubin estará con ella, la ayudará, ¿bien?"

"Sí..." Yoohyeon se apoyó en Minji. "Gracias..."

JiU no dijo nada al respecto, solo la abrazó en silencio, tratando de no lastimarla con su tímido toque. Yoohyeon, en cambio, sonrió a medias.

"¡Cielos! ¡Tu amiguita se estaba pasando de lista, yo lo único que hice fue ponerla en su lugar! Mierda... ¿Puedes creerlo? ¡Tarada! ¡Quiso hacerse la interesante con mi esposa! ¡Lesbiana de...!"

"Repite eso si tienes los huevos suficientes, Son Seung, repite eso y no volverás a caminar en tu miserable vida."

"¡Señor! Lo que nos faltaba... Una parecida amenazándome, amenazándome a MÍ, un hombre que..."

"Sí, claro, por supuesto, un hombre que maltrata a su esposa, que no sabe de modales... Vaya. Impresionante. Qué hombre, ¿no? Ay, no, no, me estoy equivocando, espérame, esperemen, un VERDADERO HOMBRE no haría semenje atrocidad, qué va, ni borracho, ¿verdad? Ya, ya, tranquilo, admítelo, admite, sin ella no eres nadie, no sirves, parásito, rata..."

"¿Qué? ¿Me tratas de "acomodado"?"

Handong se levantó de golpe de la silla, llamando la atención de los presentes.

"La chica tiene razón, Seung. Si no hubiera sido por el padre de Bora y tu constante pesadez, hasta el más idiota sabe de que tu puesto como presidente no existiría, al contrario, Bora lo sería, es la mayor de tres hermanas, por ende, el empleo, la oficina y la empresa, en general, es de ella, en realidad, como verás, todo es de ella, increíble, sí. Te arde muchísimo, lo sé, pero mi amiga no tiene la culpa de haber nacido con algo de suerte... "PRESIDENTE" de cuarta."

"Estoy con Siyeon, ah, por cierto, buen show, chicas... Gahyeon y yo iremos a verlas en el concierto de mañana. Suerte. Suerte en el álbum, eh."

Gahyeon se sonrojó.

"Disculpen, Unnie suele ser..."

"Tranquila. Conocemos a Seungyeon, pequeña. En secundaria era peor. Siyeon es muy conciente de ello."

"¿Cómo es que...?"

"Larga historia."

Ambas rieron por lo bajo.

"¡Hey! Handong, Gahyeon, apúrense."

Divertida, Seungyeon se despidió agitando animada la mano desde afuera del local. Bora se aguantó. Siyeon la observó, sonriendo.

"Me voy, Siyeon. Recuerda. Mañana es un día importante. Intenta regresar temprano. Bora, acomodado, qué pasen buena noche."

Yubin rio mientras abría la puerta.

"Bora..."

Seung quiso tomar su mano... Ella se apartó.

"Basta. No me toques, tampoco me esperes."

"Pero ¿y la sorpresa? ¿El regalo?"

La castaña blanqueó los ojos.

"¿Hablas en serio, Seung? Fue el peor cumpleaños de mi puta vida... Déjate de tonterías."

"Amor..."

Seung la siguió. Siyeon hizo hasta lo imposible para no mirarle el trasero. Por suerte, el bar ya casi cerraba, y él no se quedaría más de cinco minutos discutiendo en el medio de la vereda. Se mordió el labio. Bora se veía hermosa. Calculó el tiempo. Luego de unos minutos, Seung se subió al auto. Cantó victoria por dentro. Al salir, se topó con ella de espaldas, abrazándose a sí misma.

"¿Mhm? ¿Se te perdió algo?" Bora la miró a través del espejo de uno de los automóviles estacionados.

"No se si da tocarte el culo ahora... Menos estando en la vía pública, señorita Kim."

Siyeon acarició su cabello con la punta de su nariz. Extrañó horrores aquella sensación de plenitud. Bora se giró...

"Siyeon... Quiero que lo hagas... Tócame."

Observaron con cariño el pequeño callejón.

"¿Estás...?"

"Sí, Bora, sí..."

Continuará...

[...]








The Gray Life [suayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora