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Seungyeon bajó de la camioneta junto a Bora.

"¿Él vendrá?" Preguntó, empujando la puerta del local. "Es tu cumpleaños, ¿no? Mínimo. Tiene que estar presente."

¿Para qué engañarse a sí misma? A SuA ni siquiera le importaba.

"Esperemos que no." Contestó, riendo entre dientes. "Sería espantoso."

Ya veintitrés años... ¿En qué momento había pasado tanto?

"Seung solía caerme bien... Lo lamento, Bora."

"Olvidémoslo, ¿hmm?"

Tomaron asiento junto a la ventana.

"¡Hey! ¡Feliz cumpleaños, jefa!"

El grito de Minji provocó que una tierna sonrisa se escapara de sus labios. Su abrazo cautivó enseguida su destruido corazón. Lástima. No duró mucho. Poco después, Gahyeon, su pequeña hermana, también la abrazó. Sonrió en grande. La noche parecía ir de maravilla.

"¿Y el bastardo? ¿No vino?" Verificó el lugar. "Oigan. ¿Por qué nadie me dijo nada? ¿Por qué el idiota no se dignó a venir?" Alzó las manos, buscando una respuesta.

"Ay, no lo quiero aquí, me cae pésimo." Gahyeon expresó en una mueca de disgusto. "No rompas, JiU."

"Disculpa, chiquita, pero es el cumpleaños de tu hermana, no tuyo, ¿bien? Son sus invitados."

"Lo sé, yo..."

"Shh, espera. Sabes a la perfección de que es horrible joderle la vida a una sola persona, por eso, necesito a otro individuo, no puedes ser siempre tú, Gahyeon."

La chica de pelo rosa puso los ojos en blanco, sentándose en la mesa.

"Seungyeon... La tienes a Seungyeon. Jódela a ella."

"¿Eh? Te volviste loca, ¿no? Deseo seguir conservando mis amados huesos. Gracias."

De repente, el hombre alto de traje le palmeó la espalda.

"Nunca dejas de sorprenderme, ¿eh, Minji?"

"Agh, llamó a la desgracia."

A SuA se le borró la sonrisa. Seung besó su mejilla derecha.

"¿Y? ¿Me extrañaste, mi amor?"

Cariñoso, se sentó a su lado, agarrando enseguida su mano. Acarició sus nudillos, deslizando suave el dedo sobre la pálida piel. Le leyó los labios... "Feliz cumpleaños."

"Te daré el regalo esta misma madrugada... Promesa."

Asintió, girando disimulada la cabeza en dirección a su hermana, quien la observaba con el ceño fruncido. Detestaba por completo aquella mirada de desaprobación de su parte. Vivía intentando dar lo mejor de sí, pero su familia solo se encargaba de cagarse en sus propias decisiones, juzgando cada movimiento. Temía porque Gahyeon se convirtiera igual que su madre. Y cielos, no podía permitirlo.

"Bora..."

Leves caricias en el muslo... Su esposo acomodando su falda.

"¿Qué?"

"¿Estás bien...? Tu cintura..."

Otra vez dudó... Queriendo salir corriendo del bar.

"¿Mi cintura?" Miró su destartalado cuerpo.

"La siento muy delgada... ¿Estás... Estás comiendo?"

No, no lo estaba.

"Sí, claro que sí... ¿Por qué... Por qué no lo haría?" Voz nerviosa... Sudoración insoportable.

"Me preocupa tu salud, Bora."

Mentiras.

"Sé que tu mamá..."

"Seung, ¿podemos dejarlo pasar?"

Seung murmuró en su oreja. "¿Cuál te gusta más? ¿Anoréxica? ¿Bulímica? ¿O quizás las dos?"

SuA tembló bajo su agarre.

"Vamos, dime, no te pongas tímida, querida... ¿Qué prefieres?" Mostró los dientes. Sonrisa cínica a leguas. Él no paró de sonreír... No paró. "Las chicas enfermas no me agradan, tampoco las que usan ropa corta, ¿sabes? Qué mal... Es una pena, ¿verdad? Tú eres una de esas zorras... Mi adorable e indefensa mujer. Santos. Estás perdiendo tu atractiva figura, la que me enloquece... Piensa. ¿Qué quedará de ti si sigues adelgazando? ¿Un costal de huesos? Probablemente." Masajeó su pierna, jugando. "Un consejo... Por favor... Si llegas a ese extremo, aléjate y vete con otro, me mato antes de andar del brazo contigo: un maldito esqueleto."

Sí, esqueleto...

Seung quería destruirla, arruinarle la fiesta, la cena... Lo logró. Lo logró en cuestión de pocos minutos.

"Voy al baño, ya regreso."

Continuará...

[...]



























The Gray Life [suayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora