Capítulo 11

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Al salir del lago se encontraron con una mirada encima de ellos. Se asustaron, pero al ver de quien se trataba se sintieron más aliviados. Una amiga, acompañada de una empleada. Eso no impidió que Cristina se escondiera su cara en el pecho de Demian y él se llenara de vergüenza.

Ju: Perdón amiga. No quería molestarte ni encontrarlos de esta manera (totalmente avergonzada) Necesito hablar contigo sobre la hacienda y Demian. Y tiene que ser cuanto antes.

C: Está bien (algo extrañada) vamos al despacho. Y después hablo contigo (le dijo a su empleada)

Xx: Sí, señora. (bajó su rostro) mil disculpas.

D: Cristina. ¿No crees que fuiste muy dura con ella? (caminando a la par de Cristina mientras iban rumbo a la casa)

C: No. Nos estaba mirando y a ti no te sacaba la mirada de encima.

D: Tranquila mi vida, por favor. Bueno. Yo me voy a ver al bebé. Te dejo con tu amiga. Pero por favor, tranquila (le dio un beso en los labios)

 Pero por favor, tranquila (le dio un beso en los labios)

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C: Sí, claro. Pero no me gusta que te miren. Eres mío Demian (le dijo contra sus labios en un susurro) Julieta, vamos al despacho.

Ju: Ya era hora (contorneando los ojos)

En el despacho

C: ¿Qué es lo que pasa, amiga?

Ju: Lo que pasa es que escuché a Norberto con Esteban. Hablaban que iban a hacer unos papeles para quitarte la hacienda, y que iban a buscar una mujer que se hiciera pasar por esposa de Demian para que se aleje de ti.

C: ¿Cómo se atreven a hacer eso? Te agradezco tanto que me lo hayas contado. Hablaré con Demián para que esté alerta y veremos qué hacemos.

Ju: Te veo feliz con él. Sabes que de verdad deseo tu felicidad.

C: Gracias amiga. La verdad es que sí, soy muy feliz con Demian y mi hijo.

Ju: Tienes que contarme como es todo ese tema del bebé. No podía creerlo cuando me enteré.

C: Bueno.... (en ese momento suena el teléfono) Luego te cuento.

Llamada por teléfono.

C: ¿Bueno?

M: Hola Cris ¿Cómo estás?

C: Muy buen María. Te llamé con el pensamiento.

M: ¿Ah sí? Qué bueno. Te llamo porque Gabriel y yo vamos camino a tu hacienda. No hay problema ¿Verdad?

C: Claro que no. Justo pensaba invitarlos para que vinieran unos días a la hacienda.

M: En un rato más estamos por ahí. Gracias nuevamente.

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