CAPITULO 20

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El comandante la llevó a su despacho para firmar la declaración. Pero lo que no se imaginaba era que la iban a detener por plagio y falsificación de documentos. Solo faltaba que Joselyn también cayera y de esa manera caerían Norberto y Esteban.

Cuando la iban a ingresar a la celda se cruzó con la persona que no imaginaba ver en esa situación. Lo imaginaba pero viéndolo hundido y no al revés.

R: Mira nada más a quien tenemos aquí. Cuánto tiempo sin vernos.

D: ¿Qué pretendías con todo esto, Regina? ¿Así me pagas todo lo que hice por ti?

R: No sé de qué hablas. Pero tampoco te hagas la víctima.

G: Ya, por favor Regina. Deja de hacerte la desentendida y deja de mentir. Es mejor que te vayas haciendo a la idea que vas a pasar una buena temporada aquí dentro.

R: ¿Ah sí? ¿Y quién lo dice? No me hagas reír.

G: Vamos a ver si luego dices lo mismo. Demian, vamos. Te esperan Cristina y tu hijo.

D: Vamos, ya no quiero seguir aquí... Pero ¿sabes qué? Después de todo, tengo que agradecerte, porque gracias a ti encontré a la mujer de mi vida.

R: ¿Quién puede amar a un monstruo como tú?

G: Regina, ya estás sobrepasando mis límites. Esto te va a costar muy caro y cuando estés hundida estaré del otro lado de la reja riéndome de tu situación.

D: Gabriel, ya no vale la pena. Vámonos.

Com: Antes que se retiren deben firmar estas declaraciones. Y ratificar la documentación que lo acusa.

G: Yo me haré cargo de todo.

Com: Muy bien, entonces firmando ya se puede retirar.

D: Muchas gracias.

De camino a la hacienda, Demian estaba más dolido que nunca por amar a una mujer que nunca lo quiso ni valoró todo lo que él le entregó. Lo trató como si no fuera nada. Pero la vida le dio una nueva oportunidad de ser feliz y no la iba a desaprovechar.

Su hermano, quien iba conduciendo, lo sacó de sus pensamientos.

G: ¿Estás bien, Demian?

D: Sí, solo estaba pensando en lo injusta que fue la vida conmigo.

G: No lo pienses así. Más bien debes pensar en la bendición que te dio al poner en tu camino a Cristina y a tu hijo.

D: Eso es lo único bueno que hay. Y no quero que a ella le hagan daño.

G: Nadie la hará daño. Ahora enfócate en tu familia y en ser feliz. Yo me encargaré que quienes faltan pagar, que paguen.

D: ¿Qué sabes de Demian Junior?

G: Te lo voy a confesar cuando sea el momento.

D: Como quieras. Solo quiero estar con mi familia.

Hacienda La Benavente.

Estaban de fiesta por saber que su patrón estaba libre y era inocente de todo lo que se lo acusaba. Aunque todos creían en él, fue un alivio para todos verlo libre.

Todo esto había llegado a oído de uno de los peones y fue a comentarlo fuera de la hacienda.

XX: Creo que está libre.

Es: ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó?

XX: No sé mucho, señor. Pero la patrona está feliz.

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